Ángel Haro realiza el fortalecimiento de redes en los postes de energía. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Cerca de 40 minutos, en promedio, tarda la instalación de un medidor de 220 voltios. Los técnicos y contratistas de la Empresa Eléctrica Quito (EEQ) también renuevan las acometidas; es decir, los cables que van del poste al medidor de las viviendas y, además, realizan el mantenimiento de las redes eléctricas.
En el Distrito Metropolitano, hasta el 28 de mayo, la EEQ informó que 511 279 abonados tienen este tipo de equipo. No en todos los casos se necesitó cambiar el medidor, ya que las construcciones relativamente recientes cuentan con esta clase de dispositivo.
Del total de abonados en el Distrito (862 480) quedan por cambiar 351 201 medidores. Con estos equipos y sus respectivas conexiones de 220 voltios se pueden incorporar, sin problemas, las cocinas de inducción, que son parte del programa de eficiencia energética del Gobierno Nacional.
El mayor número de los medidores antiguos (monofásicos) está en sectores como Solanda, Carapungo y Comité del Pueblo. En varios casos, los electricistas encontraron problemas como el robo de energía desde el poste hasta la vivienda. En otros, había robo de electricidad entre vecinos.
Este Diario acompañó a varias cuadrillas de electricistas que realizaron el reforzamiento de redes y la instalación de los medidores en Solanda, en el sur de la ciudad. Antes de iniciar los trabajos, los técnicos informaron a la ciudadanía que el servicio se iba a suspender por 40 minutos.
Un primer grupo subió a los postes de luz y cambió los cables de media y baja tensión. Esos fueron sustituidos por un alambre trenzado recubierto que impide el robo de energía y disminuye el riesgo de electrocuciones, en caso de que alguna persona los tocara. Esto es parte del reforzamiento de las redes de electricidad.
Después, retiraron los medidores de 110 voltios, cambiaron los cables de la acometida; es decir, reemplazaron los alambres que bajan del poste hasta las viviendas. Luego, colocaron los nuevos contadores de energía, para después verificar que no hubiera fallas.
Este proceso no tiene costo para los usuarios. Vanesa Patiño, vecina, mostró su aprobación por el cambio. “No nos costó nada y hubo un buen trato por parte de los técnicos encargados de esta tarea”. Ella planea comprar una cocina de inducción y acogerse al plan de financiamiento que ofrece el Gobierno Nacional.
En el caso de los predios donde fueron cambiados los medidores de 110 a 220 voltios, se debe realizar una conexión interna; es decir aquella que va del medidor al tomacorriente en donde se instalará la cocina de inducción. Esta parte corre por cuenta del dueño de la vivienda. Para hacerlo, se recomienda contratar técnicos que conozcan sobre el tema.
Los nuevos proyectos de construcción que se realizan en la ciudad deben tener conexiones de 220 voltios. En la Secretaría de Hábitat y Vivienda del Municipio de Quito y en el Colegio de Arquitectos de Pichincha (entidad colaboradora para la aprobación de planos) se verifica que se cumplan esta exigencia.
Algunos constructores ven en las nuevas instalaciones eléctricas una oportunidad para ofrecer más servicios. Francisco Zaldumbide, catedrático y constructor, señaló que edifican viviendas con instalaciones eléctricas de 220 voltios para tener calentamiento de agua, cocina de inducción y secadora de ropa.
Existen cuatro opciones para hacer el cambio de los medidores de energía. La primera es ingresar al portal web Ecuador cambia y registrarse en el programa. La segunda es a través de una llamada telefónica al ‘call center’ de la Empresa Eléctrica Quito.
Una tercera forma es acudir a cualquier centro de atención de la EEQ. La última alternativa es esperar una de las visitas programadas que se realizan a los diferentes barrios.