Posorja, la parroquia rural se proyecta como polo económico

Pescadores en el muelle de La Poza, en norte del poblado.

Pescadores en el muelle de La Poza, en norte del poblado.

Pescadores en el muelle de La Poza, en norte del poblado. Foto:  Wladimir Torres/ PARA ELCOMERCIO

Durante tres años, a lo sumo, el Puerto de Aguas Profundas de Posorja planea mover 2 000 camiones diarios, con buena parte de sus conductores almorzando y poniendo combustible en esta localidad.

Unos 500 choferes tendrán que pernoctar en la parroquia rural de Guayaquil, calcula DP World Ecuador, la empresa de Emiratos Árabes, concesionaria de la obra.

La inversión es de USD 1 200 millones, en las dos fases de construcción (USD 500 millones de inversión inicial), e incluye el desarrollo adyacente de un parque logístico con bodegas y almacenes. También, se estudia crear un centro de empaque de banano a gran escala, que abarate costos.

En un poblado que ni siquiera cuenta con una sola gasolinera formal, la construcción del puerto genera grandes expectativas. Asociaciones de soldadores y mecánicos se preparan hace dos años para el ansiado inicio de obras.

La principal preocupación es el impacto de la construcción y el posterior tráfico de grandes embarcaciones para el avistamiento de delfines.

El terreno donde se construirá el puerto, de 128 hectáreas, está ubicado en el norte de la parroquia, cerca de la zona conocida como Las Piscinas, donde ahora anclan barcos pesqueros.

Se trata de uno de los sitios de avistamiento de delfines, en el límite del refugio de vida silvestre Manglares de El Morro. “Nos preocupa que se ahuyente a los defines; se puede impactar en su hábitat”, dice Sixto Flores, de Puerto El Morro Tour, en el recinto de la parroquia rural El Morro.

Los operadores turísticos de Puná esperan un repunte de los visitantes y ven una oportunidad de desarrollo para 22 comunidades de esa parroquia, una isla ubicada en la desembocadura del golfo.

Desde el muelle de Posorja, los pobladores de la isla trasladan a los turistas decenas de bidones con agua potable. “En Subida Alta tenemos un centro de turismo comunitario. Hay mucho interés de los visitantes por quedarse a dormir, tenemos hospedaje, pero el gran problema es el agua”, señaló María Isabel Magallán, guía naturalista de Puná. La dotación de agua potable puede impulsar también mayores inversiones dentro de las comunas, agregó la guía nativa.

Ubicada a 112 kilómetros de Guayaquil, en la desembocadura norte del estuario del río Guayas, Posorja está enclavada en colinas que se deslizan hasta las aguas revueltas del estuario.

Un rompeolas -a modo de malecón- bulle cada mañana de pescadores artesanales que descargan los productos del mar a camiones con destino a Guayaquil o Quito.

Los adoquines dan un toque pintoresco a las calles, aunque un 30% de los 25 000 habitantes del pueblo carecen de alcantarillado sanitario y de agua potable.

DP World planea contratar obras de pilotaje, pavimentación, vaciado de concreto y dragado. Construirá 400 metros de muelle –en la primera fase- sobre una profundidad de 16 metros. El puerto tendrá tres grúas de pórticos para buques Súper PosPanamax, embarcaciones de 15 000 contenedores de capacidad.

El movimiento de tierras comenzará a finales de año, informó Otto Bottger, director de la firma dubaití. La inversión incluye la construcción de una carretera de 20 kilómetros.

El puerto generará unos 600 empleos permanentes y entre 3 000 y 4 200 empleos indirectos, desglosó Bottger.
Jorge Banchón, presidente del Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) Parroquial de Posorja, indicó que desde hace dos años el organismo impulsa jornadas de capacitación con el objeto de ­absorber gran parte de esos puestos de trabajo.

“Hemos venido formando y capacitando a organizaciones, como la asociación de soldadores. Hay una asociación de comedores, con 50 locales. Tenemos arquitectos, albañiles, mecánicos…”, dijo Banchón.
José Luis Portacarrero forma parte de la Asociación de Soldadores Navales El Gran Yo Soy, que agrupa a 60 trabajadores. Él lleva un mes sin empleo, por lo que se dedica a la pesca. “Esperamos que haya trabajo para la gente de aquí, algunas compañías de pesca industrial traen personal de afuera”.

Ángel Martínez, comerciante informal de pescado, tiene la misma inquietud. “Hay bastante desempleo. En las tres fábricas que procesan pescado nos dan trabajo máximo por seis meses, en temporadas”. DP World planea ocupar mano de obra local, 90% de proveedores naciones, y anunció obras sociales para esta parroquia rural de Guayaquil.

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