Moradores del sector temen que el agujero se haga más grande y alguien resulte afectado. Foto: Evelyn Jácome / EL COMERCIO
Media calzada se fue abajo. La calle San Juan Bautista, que empieza en la avenida Manuel Córdova Galarza y llega hasta el Parque Equinoccial (antiguo complejo de la Contraloría), tiene dos carriles pero colapsó y se formó un hueco que dejó hábil solo uno. La mañana de este jueves 12 de mayo del 2016, el cráter había alcanzado los cinco metros de ancho por 10 de largo. Es una especie de óvalo.
Esa vía sirve de acceso a quienes habitan en el barrio El Rosario, donde viven más de 100 personas. Los usuarios del parque también cruzan por allí al igual que los buses con personal de la Contraloría que asisten al centro de capacitación.
El problema no es nuevo. Comenzó en octubre del año pasado.
Byron Viteri, morador del barrio, cuenta que luego de que parte de la vía se fuera abajo, el Municipio construyó un muro de contención con malla y piedra, pero no duró mucho. Un par de meses después, en un fuerte aguacero, la vía nuevamente cedió.
Desde las 06:00, llegan deportistas al lugar. La mañana de hoy caminaban despacio, alejándose del hueco, mirando las fisuras que hay en el pavimento.
Las autoridades, dicen los vecinos, colocaron una cinta amarilla de peligro para evitar percances en el lugar, pero al siguiente aguacero, la cinta fue a parar unos 10 metros al fondo de cráter. Nuevamente se colocó cinta de seguridad, en esa ocasión con conos plásticos reflectivos para alertar del hueco a los conductores nocturnos, pero con el terremoto del 16 de abril pasado, esa nueva señalización también fue tragada por la tierra.
Foto: Evelyn Jácome / EL COMERCIO
Finalmente, los aguaceros del martes y del miércoles que cayeron en la zona, debilitaron más el suelo y el agujero se agrandó. Los moradores temen que una próxima lluvia se pierda la vía en su totalidad, o peor aún, llegue a la Córdova Galarza, la avenida principal que conecta las parroquias del norte con Quito.
Explica que hay una alcantarilla en medio de la vía que quizás esté complicando el problema. ‘Parece que hay alguna filtración. Nosotros pasamos por allí todos los días con temor de que el pavimento se vaya abajo ‘, dice Jorge Naranjo, otro morador.
El pedido del barrio, que pertenece a la parroquia de Pomasqui, es que las autoridades intervengan la vía y solucionen de forma integral el problema.
Paola Naranjo, quien vive en la zona, teme por los conductores. ‘Si se toma mal la vía, si no se ve las cintas, se puede caer dentro’, dice la mujer.
La Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento se comprometió a enviar un equipo de técnicos para inspeccionar el lugar y verificar si se trata de un problema de tuberías o alcantarillado.