Una persona murió y otras cinco resultaron heridas tras la explosión de una fábrica artesanal de volatería en una comunidad de Pelileo, Tungurahua.
La explosión destruyó por completo la casa de la familia Masaquiza Caiza, en el caserío Patuloma, donde funcionaba la pequeña fábrica de chisperos, voladores y castillos de luces utilizados para animar las fiestas populares.
Según los reportes preliminares de la Policía Nacional, el mal manejo de la pólvora que se usaba para la elaboración de la pirotecnia artesanal causó el accidente.
El hecho ocurrió cerca del mediodía del 4 de noviembre del 2017. Los vecinos escucharon un fuerte estruendo y alertaron al ECU 911 de Ambato. Esa entidad coordinó la atención de la emergencia con unidades del Cuerpo de Bomberos de Pelileo, paramédicos del Ministerio de Salud, y agentes del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía Nacional.
Cuando los paramédicos llegaron al sitio, Pedro Masaquiza, de 56 años, ya había fallecido. Partes de su cuerpo estaban dispersas entre los escombros, en el cerro, y en la vía. El rescate duró tres horas. Su esposa y sus tres hijos menores de edad, (de 17, 12 y 11 años), recibieron los primeros auxilios en el sitio, y luego fueron movilizados a una casa de salud en Ambato. Ellos padecían quemaduras, golpes y laceraciones.
La maña de ayer, dos de ellos fueron dados de alta. Otros tres permanecen hospitalizados y son tratados por quemaduras de segundo grado y golpes.
La familia es de escasos recursos y vive un drama por la pérdida de la vivienda y el fallecimiento de Pedro, quien era el sustento del hogar. “Él decía que trabajaba para mantener a sus hijos. Su trabajo era muy cotizado por los priostes de los pueblos”, cuenta María Masaquiza.
El funeral se improvisó en el patio de un vecino y el sepelio se realizará este 6 de noviembre a las 14:00. Los dirigentes de la comunidad Patuloma organizaron una colecta de dinero para ayudar a la familia, y sobre el ataúd colocaron un cesto de mimbre con un rótulo: “ayuda solidaria”. Los amigos y familiares del fallecido llegaron con flores, velas y dinero al funeral.
“Son personas pobres, necesitan un albergue y ayuda económica urgente. La comunidad se organizó, pero necesitamos ayuda de las autoridades”, dijo Patricia Guamán, una vecina.
La pequeña casa donde habitaba la familia quedó completamente destruida. También se dañaron todos los muebles y electrodomésticos.
Mientras llega la ayuda, ellos permanecerán asilados en casas de familiares. Además, debido a la explosión varios animales de crianza doméstica resultaron afectados, por lo que el Municipio de Pelileo habilitó un albergue temporal.
El Grupo de Operaciones Especiales de la Policía Nacional verificó que la zona quede en condiciones seguras.