Las casas aledañas a Catequilla se cubrieron nuevamente de polvo, tras réplica de sismo que se presentó ayer, 16 de agosto. Foto: EL COMERCIO
Una característica geológica que ha causado curiosidad e inquietud en la zona donde se han ubicado los epicentros de los sismos que ha soportado Quito en la última semana ha sido el desprendimiento de mucha tierra y polvo de las lomas, canteras y rasantes de las vías y carreteras. Desprendimientos que han obstaculizado las calzadas y hasta han obligado al cierre temporal de varias de ellas al tránsito vehicular.
¿A qué se debe este fenómeno? Fabricio Yépez, ingeniero y catedrático de la USFQ, anota varios factores.
La zona de la Mitad del Mundo tiene un material que se ha erosionado mucho con el tiempo, con la lluvia, con el aire. Es un material que en la capa superficial está muy suelto y fino. Entonces, con un simple temblor o un movimiento horizontal esta capa se desprende..
Por eso es que las carreteras se limpian en unas cuantas horas y siguen funcionando. Si fuera un deslizamiento macro afectaría a las mesas de esas vías y el daño sería mucho más considerable.
A eso hay que añadir que los cerros son muy áridos. Esos suelos son, en esencia, cenizas volcánicas, que se han ido depositando con el tiempo y que, en este momento, son estables por sus propias características físico-químicas, explica Yépez.
Pero con la erosión del viento y el agua, la explotación antitécnica de las canteras se vuelven inestables en su superficie. Eso es lo que está sucediendo en esa zona.
Si observa los cerros ubicados frente al nuevo complejo de Unasur, en la Mitad del Mundo, sin sismos y sin canteras se ve que el material se desliza poquito a poquito solo con el aire y con el viento.
De eso se puede colegir que los sismos no han sido los culpables directos de los desprendimientos, es la propia zona y sus características geológicas, las que hay ayudado a que se dé esta coyuntura.
Esta tipología geológica, obviamente, conspira contra la salud de quienes residen o transitan por esos lugares. En las zonas de Pomasqui, de Liga, de San Antonio de Pichincha se dan muchos problemas respiratorios, pulmonares y similares.
¿Se pueden reforzar estos suelos? Si se pueden realizar estabilizaciones en ellos, afirma Yépez, y no son tan costosas como requieren las estabilizaciones ante grandes deslizamientos. Solo se necesitaría una protección contra la erosión. Para eso se pueden utilizar geotextiles y, también, técnicas de hidrosiembra. Esta consiste en lanzar en los sitios semillas con unos geles nutritivos para que crezca vegetación, y está ayude a compactar estos suelos, a que no sean tan sueltos.
El problema para aplicar estas técnicas es que son extensiones enormes, dice Yépez. Son cotas importantes y, si se quisiera estabilizarlas, demandaría de un enorme gasto de dinero. Cubrir una montañita no sería tan caro, pero muchas montañas se vuelve muy, muy complicado.