Varsovia. AFP
El cuerpo del presidente polaco Lech Kaczynski, que murió el sábado junto a otros altos mandos del país en un accidente de avión en Rusia, fue repatriado ayer a Varsovia. Allí, sus compatriotas, de todas las tendencias políticas, se unieron para rendirle homenaje.
Comicios antes de junio
El jefe del Parlamento polaco, Bronislaw Komorowski, candidato por el partido gubernamental Plataforma Cívica, era favorito en la carrera presidencial. Tras el percance, a sumió el poder medio año antes de lo previsto.
Polonia deberá elegir al sucesor de Kaczynski antes del 20 de junio. Originalmente los comicios presidenciales estaban previstos para el otoño (boreal).
El investigador jefe ruso Alexander Bastrykin descartó que hubo fallos técnicos en el avión Tupolev. Según las grabaciones, el piloto se negó a seguir el consejo de los controladores aéreos de aterrizar en otro aeropuerto, dijo.
Según las autoridades rusas, la labor de identificación será especialmente complicada, ya que los cuerpos de muchos de los pasajeros quedaron seccionados tras el accidente.
Los restos mortales de Kaczynski llegaron a la capital polaca poco después de las 15:00 (08:00 de Ecuador), a bordo de un avión militar que partió de Smolensk (Rusia) después de que el primer ministro ruso, Vladimir Putin, le rindiera un último homenaje.
En Varsovia fue recibido por su familia y toda la clase política polaca durante una ceremonia oficial. Solo la madre del difunto, hospitalizada en muy grave estado de salud, no fue informada del trágico suceso por decisión de su otro hijo, el ex primer ministro polaco, Jaroslaw Kaczynski, informó el portavoz del Hospital Militar de Varsovia, Piotr Dabrowiecki.
La hija del presidente, Marta, fue la primera en arrodillarse ante el féretro cubierto con la bandera polaca blanca y roja.
Después fue su hermano gemelo, Jaroslaw, quien le rindió homenaje. Permaneció un largo rato arrodillado ante el ataúd antes de apoyar en él su mano brevemente y persignarse, algo impasible.
Altos responsables, entre ellos el presidente de la Cámara Baja del Parlamento, Bronislaw Komorowski -jefe de Estado interino-, se recogieron también uno a uno ante el féretro, que después fue trasladado al son de la Marcha Fúnebre de Fryderyk Chopin.
Recorrió las calles de la capital hasta el palacio presidencial, en el centro histórico de Varsovia.
Miles de polacos se agolparon desde las primeras horas de la tarde a lo largo del recorrido previsto para darle el último adiós.
Desde las 18:00 (11:00 de Ecuador), toda Polonia guarda un duelo nacional tras una noche de homenajes improvisados y de oraciones por las víctimas de la catástrofe, ocurrida cerca de Smolensk, en la que murieron un total de 96 personas, entre ellas numerosos altos responsables políticos y militares polacos.
Por ironía del destino, la delegación polaca acudía a las ceremonias del 70º aniversario de la matanza de oficiales polacos, ejecutados por orden de Josef Stalin en Katyn, cerca de Smolensk.
Las misas dominicales, muy concurridas en este país -con un 90% de católicos- estuvieron dedicadas a las víctimas. “Rezamos por nuestra patria. Confiamos en que el sacrificio de nuestros hermanos y hermanas aporte paz y reconciliación a todos los polacos”, declaró el cardenal Stanislaw Dziwisz, durante una misa oficiada el sábado por la noche en la catedral de Wawel, en Cracovia. A mediodía se dieron dos minutos de silencio en todo el país.
El cuerpo de la esposa de Lech Kaczynski, María, no ha sido identificado hasta el momento.