‘Los vicepresidentes no somos súbditos’

En Ecuador, la relación que mantienen el presidente Rafael Correa y el vicepresidente Lenín Moreno, es única. Desde 1995, cuando Alberto Dahik renunció a la segunda magistratura, los binomios presidenciales que han sido elegidos en las urnas han atravesado serias crisis políticas.

Su distanciamiento ha marcado el deterioro democrático del Ecuador y ha sido un detonante para la caída de los ex presidentes Bucaram, Mahuad y Gutiérrez.La empatía que han logrado mantener Correa y Moreno ha evitado que, en el actual Gobierno, se hable de disputas de poder. Esto a pesar de que Moreno es el vicepresidente de mayor proyección política en la reciente historia democrática. Su labor por las discapacidades le ha dado un reconocimiento regional, materializado en la reciente cumbre de vicepresidentes de Quito.

Este evento confirmó que la posibilidad de gestión de un Segundo Mandatario es amplia, dependiendo de los acuerdos a los que llegue con el Presidente.

El salvadoreño Salvador Sánchez reconoce que un Vicepresidente debe ser un “complemento y un soporte del Jefe de Estado”.

A lo que Moreno agrega que, más allá de las áreas que se les encargue, la principal labor del Vicepresidente en los actuales tiempos es dar un valor agregado a la gobernabilidad y a la lealtad.

Este Diario recogió algunas de las áreas encargadas a los vicepresidentes de la región y conversó con el Vicepresidente argentino.

¿Qué misión política cumplen en la actualidad los vicepresidentes de la región?

La que establezca la Constitución Política de cada país. En unos casos preside el Senado, a su vez, y en otros solo asumen una función de reemplazo transitorio o definitivo del Presidente. Lo cierto es que como una figura política, que es selectiva, tiene una responsabilidad institucional importante.

En los últimos tiempos, en la región, ¿la presencia del Vicepresidente ha fortalecido a la democracia?

En Latinoamérica han transitado muchas etapas. Una de consolidación de la democracia, otra encontrando el rumbo económico, la cual nos distrajo viendo hacia dónde iba el modelo que seguíamos y ahora es el modelo de la cohesión social. Los vicepresidentes debemos aportar por la cohesión de la región.

En general, los vicepresidentes se encargan de las áreas que les encarguen los Jefes de Estado, pero usted preside, por mandato constitucional, el Senado ¿Ud. es más poderoso en lo político?

Hay que ver a la figura del Vicepresidente como a la salud: se la valora cuando no se la tiene. Se la ve muchas veces como una figura de reserva y debe estar dispuesta a recibir las sugerencias o el rol que se le asigne desde la Presidencia. Pero, generalmente, la figura del Segundo Mandatario aparece como algo bastante difuso en la historia de la democracia.

Muchas veces estos dignatarios quedan al margen de decisiones políticas y económicas. ¿Es una forma de blindarse por la idea de que los vicepresidentes están detrás de los golpes de Estado?

Todos debemos ser defensores de la democracia y solo se puede reemplazar a un Presidente en el caso de que esté previsto en la Constitución.

En Argentina hay una evidente disputa y distancia entre usted y la presidenta Cristina Fernández...

Sigo trabajando con responsabilidad. No tengo delegada ninguna función, yo asumo la que me da la Constitución. Entre ellas, votar en caso de empate en el Senado, ya que lo presido. Llegamos a la Presidencia a través de un acuerdo político de partidos distintos. Cada uno entiende que alguno no cumplió con ese acuerdo. Entonces el distanciamiento se produjo por el conflicto con el campo en el cual tuve que asumir una responsabilidad de votar en contra de una resolución producida por el Ejecutivo. La Constitución me da la posibilidad de discernir. En mi decisión prioricé el interés nacional y la paz social.

¿Esa pugna afecta al país?

Este distanciamiento no es lo deseado. Siempre tiene que haber una buena relación pero se tiene que actuar con dignidad y siendo fiel a los principios.

Cuando se llega con un mismo partido, ¿se tienen que unificar criterios? ¿No es saludable discernir?

Si hay dos personas que piensan igual, significa que una persona no piensa. Cuando existe una buena relación, las decisiones deben ser consensuadas, discutidas, sobre todo cuando se toma una decisión que afecte la paz social. Hay que tener en cuenta que el Vicepresidente no es un súbdito del Presidente. Los dos son las figuras más trascendentales de un país, deben ser igual de importantes al tomar decisiones.

¿Cómo ve a Lenín Moreno al cumplir el rol que le asignó el presidente Correa?

Sé que tienen una buena relación con el Presidente y que hay una simbiosis muy fuerte. Moreno es un hombre respetuoso, cumple el rol que se le ha asignado. Es una persona conocida, lo reconocemos por su perfil y la desgracia que atravesó. Es bueno que haya sobrellevado esa situación.

Espacios de acción

Un dignatario con encargos presidenciales  

En países como Ecuador, Brasil, Colombia, Perú, Guatemala o Nicaragua, la figura del Vicepresidente tiene como objetivo principal reemplazar al Presidente y trabajar en las áreas que el Jefe de Estado le delegue. En Nicaragua y Guatemala los segundos mandatarios tienen un peso específico en el Consejo de Ministros.   

El vínculo con el Poder Legislativo. En EE.UU., Argentina y Uruguay el Vicepresidente es la cabeza del Senado. En Argentina su  voto es dirimente. En constituciones como la de Paraguay, al Vicepresidente se le encarga la misión de mantener los contactos políticos con la Legislatura. Es una suerte de Ministro de Gobierno. En Venezuela existe el Vicepresidente Ejecutivo. 

A diferencia del resto de países de la región, donde el Vicepresidente se elige por  voto popular en la misma papeleta electoral, la Constitución de Venezuela dispone que el Presidente ya en funciones escoja a su Vicepresidente Ejecutivo.  Coordina la Administración Pública y sugiere el nombramiento y cambio de los  ministros.

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