Los concursos públicos impulsados por el Consejo de Participación Ciudadana (Cpccs) están a punto de terminar y los postulantes afines al Régimen fueron los que finalmente triunfaron en todos los procesos. Si el discurso de la ‘participación ciudadana’ era renovar las esferas públicas con aspirantes independientes del poder, ¿por qué ocurrió lo contrario?
Políticos de oposición, concursantes que dicen haber sido perjudicados en la valoración de su trayectoria y vocales de minoría tienen una hipótesis: los postulantes del Gobierno se impusieron en los concursos en la fase de calificación de las hojas de vida.
En los seis procesos públicos impulsados por el Cpccs se escogió a las autoridades mediante el mecanismo de las Comisiones Ciudadanas de Selección, que fue establecido en la Constitución de Montecristi. Se trata de cuerpo colegiado conformado por cinco representantes de las funciones del Estado (Ejecutiva, Legislativa, Judicial, Electoral y la de Transparencia) y por cinco ciudadanos, de quienes dependía llevar a cabo esos concursos.
Los postulantes eran evaluados sobre 100 puntos, de los cuales 50 correspondían a su hoja de vida y los otros 50 a la prueba de conocimientos que debían rendir. Así, el aspirante con mejor calificación era el ganador.
En este punto las denuncias apuntan a que en la calificación de los méritos (hojas de vida) hubo una amplia discrecionalidad por parte de los comisionados, sobre todo los de las funciones del Estado, que permitió la presunta alteración de los puntajes y la sobrevaloración en algunos méritos. Esto debido a que la prueba de conocimientos era más objetiva, pues los postulantes tenían la posibilidad de verificar las respuestas. Además, se criticó que las comisiones entregaron los puntajes de méritos y de la prueba de conocimientos de manera simultánea, permitiendo, según las denuncias, ‘el ajuste de puntos’.
“Ese mecanismo entró en crisis”, dice el vocal David Rosero, quien afirma que esta forma de selección debería ser válida, pero como los representantes de las funciones “no actuaron de manera objetiva” y presumiblemente manipularon los puntajes, los concursos se desnaturalizaron.
La presidenta del Cpccs, Marcela Miranda, reconoció que la calificación de los méritos “no es cosa fácil de interpretar”, por ello dice que se debe evaluar el mecanismo de selección para los próximos concursos. Aunque esto será dentro de cinco años cuando se ‘renueve’ a las autoridades.
A continuación la radiografía de las denuncias.