La política de seguridad democrática, impulsada por el presidente colombiano Álvaro Uribe demostró su fortaleza en las elecciones legislativas del domingo pasado.
Con el 93% de los sufragios contabilizados, los oficialistas del partido de Unidad Nacional (La U) y del Conservador incrementaron su representación legislativa. Entre las dos agrupaciones se llevaron la mitad de escaños del Senado (51 de 102 sillas), con lo que aseguran el control del Parlamento en los próximos cuatro años. Además, todo indica que trabajarán de cerca con los partidos de la coalición oficialista: Integración Nacional y Cambio Radical (CR), que suman 16 senadores.
Este triunfo asegura la continuidad, en el plano legislativo, de la agenda de Uribe para derrotar a las FARC y demandar de los países vecinos la colaboración para el combate a la insurgencia.
En efecto, las doctrinas ideológicas de la U y del Partido Conservador defienden esos principios que han generado dificultades con Ecuador y Venezuela.
“Colombia reclama la solidaridad de la comunidad internacional en nuestra lucha contra estos flagelos, bajo el principio de corresponsabilidad, y en particular, requiere solidaridad con la política de seguridad democrática dirigida a enfrentar esas amenazas”, señala el Partido de la U.
En los últimos cuatro años, los bloques legislativos de esta coalición respaldaron todas las acciones de la Casa de Nariño en materia de seguridad y relaciones internacionales. Tras el ataque colombiano del 1 de marzo del 2008 en Angostura, ambas bancadas cerraron filas alrededor del presidente Uribe. Varios de sus miembros señalaron en su momento que el Gobierno colombiano debía revisar sus planes de defensa, pues consideran que Venezuela ha ingresado en una carrera armamentista, por sus compras de armas a Rusia y a China.
En noviembre, la bancada conservadora citó en sesión reservada al ministro de la Defensa, Gabriel Silva, para que explicara la capacidad disuasiva de las Fuerzas Militares, ante una posible agresión exterior.
Con los resultados electorales del domingo, en Colombia hay pocas dudas de que el sucesor del presidente Uribe no vaya a salir de las filas de los partidos de la coalición gubernamental. Sin embargo, aún no está claro quién será el heredero de la tendencia.
El ex ministro y actual candidato presidencial, Juan Manuel Santos, está al frente de las encuestas, pero el caudal de votos no resultó tan aplastante en comparación al Partido Conservador.
De ahí que el candidato presidencial que lance el partido Conservador (Luis Felipe Arias o Noemí Sanín) queda en posición protagónica de cara a la primera vuelta del 30 de mayo. “Va a haber una competencia reñida en primera vuelta”, dice la politóloga Claudia López, quien cree que tras los comicios del domingo Santos no necesariamente será el candidato fuerte de la coalición.