En lo que parecía iba a ser un discurso exclusivamente dedicado al festejo por el día de la mujer, el presidente Rafael Correa reiteró que la manifestación organizada por la oposición fue un fracaso y que su objetivo era desestabilizar o al menos desgastar a su Gobierno.
Correa remató su intervención con una invocación a defender la democracia. “Aquí estamos para defender la revolución, la patria grande, la democracia”, dijo Correa luego de calificar a los organizadores de la marcha contraria al Gobierno como “odiadores, conspiradores, retardatarios, sufridores…”.
El Mandatario pronunció su discurso desde una tarima instalada en la Plaza Grande donde una multitud de partidarios llegados de varios puntos del país, muchos en buses pagados por el Régimen, se había concentrado. Esta marcha había arrancado cerca del mediodía en el parque de El Arbolito y el Gobierno se había empeñado en proyectar la imagen de que su convocatoria se debía al día de la mujer.
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En toda la primera parte del discurso, Correa habló exclusivamente sobre el festejo a la mujer y enumeró lo que para él han sido los avances que ha tenido este sector durante su Gobierno. Habló sobre la protección a las empleadas domésticas, sobre las mejoras en salud y en educación y dijo que los críticos son quienes quieren negar estos logros.
Pasada la mitad de su intervención, Correa empezó a criticar a los medios de comunicación y se refirió a la crítica internacional que ha recibido por su política frente a la libertad de expresión. En ese sentido dijo que los diarios estadounidenses como el Washington Post o The New York Times no saben siquiera dónde está el Ecuador, pero que hablan mal de él.
Luego se refirió a los organizadores de la marcha opositora aunque no les dedicó mayor tiempo. Dijo que quienes critican a su Gobierno son lo que quieren volver al estado de cosas anterior, es decir, según él, al maltrato de las empleadas domésticas o de los trabajadores tercerizados. “Hoy se están inaugurando en el Ecuador conceptos como el de los derechos humanos”, dijo el presidente.
Refiriéndose a sus oponentes, dijo que “ya nadie les hace caso” y que entiendan que “nadie hace caso ya a su amargura”.
Previamente, durante la firma del decreto de estado de excepción en cinco provincias del país afectadas por el invierno, Correa calificó como un “gran fracaso” la movilización que inició hoy en Zamora Chinchipe convocada por sectores indígenas y sociales. Dijo que en esa marcha hay más organizadores que participantes y que “gracias a Dios todo ha salido como esperábamos”.
Pasadas las 15:00, Correa salió del Palacio de Carondelet y se instaló en una colorida tarima, ubicada cerca a los graderíos de La Catedral. Además dos pantallas gigantes se colocaron en el lugar.
A su salida, las banderas de Alianza País de una multitud que esperaba al Presidente desde el mediodía flamearon en la Plaza Grande. En la mañana (08:00), Correa ya había salido al balcón del Palacio de Carondelet para saludar a los primeros asistentes.
Los ministros acompañan al Presidente en su discurso. “San Pedro es de Alianza País, pero nos descuidamos y se entra el MPD”, bromeó Correa sobre el clima de la capital y mencionó su “miedo” de hablar ante tanta gente. Sus seguidores gritaban “reelección”.
Música y tarimas en la movilización oficialista
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La contramarcha del Gobierno empezó su recorrido hacia las 11:20 desde el parque El Arbolito. Mujeres seguidoras del Primer Mandatario lideraron la movilización en contra de otra convocada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).
Las manifestaciones coincidieron con la celebración del Día Internacional de la Mujer. Por ello, la marcha fue encabezada mujeres y luego por las autoridades. Participaron alumnas del colegio particular 6 de Diciembre de Quito, las ministras del gabinete y asambleístas del movimiento oficialista Alianza País.
También asistió la gobernadora del Carchi, María Helena Villarreal, quien llegó con 2 000 personas. Aseguró que la Gobernación no dejó de atender.
En el parque de El Arbolito, en el centro norte de la ciudad, hubo gran movimiento desde tempranas horas. En este lugar se realizó la mayor concentración de coidearios del Régimen, desde donde partieron hacia la Plaza Grande.
Hasta El Arbolito llegaron seguidores de Correa desde distintas provincias del país. En la mañana recibieron un desayuno y al mediodía, en el Centro, un sánduche y un vaso con gelatina. Para recibir los alimentos, los asistentes tuvieron que firmar en documentos con membrete de la Secretaría de Pueblos. En la tarde, simpatizantes de Correa criticaron a un periodista que filmaba la entrega de las raciones.
“No caer en provocaciones”, “a defender la democracia”, pidieron quienes lideraron la manifestación. El dirigente Rodrigo Collahuazo amenazó “a la derecha” si quieren “desestabilizar al Gobierno”.
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Grupos de danza de Esmeraldas bailaron sobre la tarima que se instaló en el parque. Hubo ventas ambulantes de banderas tricolores, mientras el animador gritaba consignas a favor del Gobierno.
A la tarima también se subieron las ministras de Educación, Gloria Vidal; de los Pueblos, Mireya Cárdenas; y de Patrimonio, María Fernanda Espinosa. También llegaron las ministras Doris Soliz y Betty Tola, a quienes se las vio encabezando la marcha.
La avenida 6 de Diciembre fue cerrada y lo mismo ocurrió en la Av. 10 de Agosto a la altura del parque de El Ejido. Los manifestantes arribaron hasta la Plaza de la Independencia pasado el mediodía. Su llegada generó congestionamiento vehicular. En el sector del ex terminal Cumandá en Quito también se registró la llegada de buses interprovinciales.
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Mientras tanto, desde el parque central de El Pangui, en Zamora Chinchipe, empezó la manifestación contra el Régimen con un ritual. A partir de ahora esa movilización tiene previsto sumar gente en diferentes poblados del callejón andino hasta arribar a Quito el 22 de marzo.