Los recién posesionados vocales del Consejo Nacional Electoral (CNE), señalados por su cercanía al Régimen, tienen tres procesos que asumir, que son claves para el futuro electoral del país.
Uno, tratar los informes de las cuentas de campaña por la consulta popular de mayo pasado. Dos, la reinscripción de los partidos y movimientos políticos, que hasta el 20 de julio próximo deberán estar registrados para poder participar en la próxima contienda electoral. Y, finalmente, la organización de las elecciones generales del 2013.
En el primer caso, los nuevos vocales deberán revisar los reportes de la campaña de Alianza País y del presidente Rafael Correa. Según el asambleísta Andrés Páez, es imposible que el oficialismo haya podido solventar todos los gastos de la campaña de la consulta con un monto de USD 65 000.
De determinarse eventuales irregularidades, el nuevo CNE tiene la facultad de aplicar sanciones administrativas.
En el caso del registro de partidos, el flamante CNE tiene a su cargo la potestad de calificar o rechazar las solicitudes de reinscripción de organizaciones políticas. Básicamente, debe verificar la validez de las 158 000 firmas de respaldo que requiere una tienda política nacional.
Hasta el momento solo Alianza País, el PRE, MPD y Sociedad Patriótica se han registrado en el CNE y están habilitados para presentar candidaturas en el 2013. Esto significa que los demás partidos y movimientos políticos tendrán plazo hasta el 20 de julio del 2012 para cumplir con este requisito, bajo la mirada de este nuevo Consejo.
Por último, a las nuevas autoridades electorales les corresponde organizar los comicios generales, en los que estarán en juego el dominio de Correa y de su movimiento A. País.
Para el analista Francisco Rocha, la cercanía de los actuales vocales del CNE al Gobierno, si bien no los desacredita, sí genera desconfianza en el resto de los actores con aspiraciones electorales. Según Rocha, a esto se suma que algunos partidos no tienen representantes en el CNE, por lo que están “jugando en cancha ajena”.
El ex presidente del extinto Tribunal Supremo Electoral, Carlos Aguinaga, dice que el nuevo Consejo debe limitarse a cumplir la Constitución, para lograr equidad y evitar cualquier abuso.
En medio de este panorama, los cuestionamientos a los vocales del CNE van en aumento. El asambleísta Jorge Escala (MPD) encendió las alertas, al señalar su temor por un posible fraude electoral. “El CNE está a las órdenes del correísmo”, dijo. Su argumento se justifica en la cercanía al Régimen del presidente del Consejo, Domingo Paredes. El nuevo timonel del organismo fue parte del Gabinete de Correa, aunque en la primera reunión del CNE, Paredes ofreció tener una actuación independiente.
Un nuevo escenario
El movimiento Ruptura de los 25 presentó 204 000 firmas ante el CNE el 12 de octubre pero luego del análisis la mitad de las firmas fueron invalidadas.
Para poder participar en las elecciones del 2013, a más de presentar las rúbricas de respaldo se deberán realizar las elecciones internas para elegir a los candidatos.
Los vocales han estado cerca del Régimen. Domingo Paredes fue parte del Gabinete. Paú lSalazar fue asesor de Ricardo Patiño, mientras que Nubia Villacís fue funcionaria del IECE.
Rosana Silva estuvo en el Innfa y Juan Pozo en la Comisión de Fiscalización del Congreso.