El Gobierno ecuatoriano planteó un pedido a Colombia que no figuraba en la agenda binacional pública.
Ayer, en la conmemoración del 70 aniversario de la Batalla Naval de Jambelí, el presidente Rafael Correa señaló la necesidad de que se fije de forma clara el límite marítimo con Colombia.
“Es realmente preocupante que en el siglo XXI no tengamos establecidos todos nuestros límites”, señaló Correa, en referencia a la división de las costas ecuatorianas y colombianas.
Por ello, planteó que las cancillerías de Quito y Colombia trabajen en el proceso similar al que se cerró en mayo con Perú.
Por entonces, Quito y Lima realizaron el canje de cartas reversales, en las que dejaron claro que el paralelo geográfico determina la demarcación marítima.
Aunque Ecuador y Colombia no han intercambiado cartas reversales, en la práctica ambos países han aceptado que el paralelo geográfico delimita sus costas. A esto se suma que Colombia adhirió en 1980 a la Declaración de Santiago, suscrita por Ecuador, Perú y Chile, que señala que la proyección del paralelo fija la demarcación marina.
El pedido del Gobierno ecuatoriano a Colombia llegó tres días después de que el canciller Ricardo Patiño se reuniese en Lima con su par colombiana, María Ángela Holguín.
En esa reunión, los cancilleres suscribieron un memorando de entendimiento para dar paso a la reorganización de la Comisión de Vecindad Ecuatoriano-Colombiana. El objetivo de esta decisión fue “perfeccionar” su funcionamiento, señaló la Cancillería ecuatoriana.
La Comisión de Vecindad fue creada en 1989, pero su operación fue suspendida por la ruptura de relaciones diplomáticas, tras el ataque colombiano a Angostura, en el 2008. Su propósito: promover la integración, cooperación y desarrollo binacional, con énfasis en la zona de integración fronteriza. Con ese objetivo, en Quito, se presentó el Plan Binacional de Fronteras, según un comunicado de la Cancillería de Colombia.