El presidente Rafael Correa utiliza los foros internacionales para tratar de desacreditar a los medios independientes de comunicación. En sus exposiciones ante otros mandatarios presenta solo su versión de esta confrontación e insiste en que él es víctima de constantes ataques de la prensa privada.
Hace pocas semanas utilizó un espacio regional para atacar a la prensa. Fue la reunión de mandatarios de la XXI Cumbre Iberoamericana en Asunción, Paraguay. Ahora, llevó sus críticas a la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac). En su discurso, la noche del viernes dijo que los medios son poder fácticos, cuyo trabajo es difundir mentiras. Además, presentó dos videos en los cuales se narraban los supuestos insultos que él ha recibido de los medios de comunicación.
Correa utiliza estos foros regionales para tratar de inducir a otros mandatarios a seguir su línea de enfrentamiento con la prensa.
En octubre pasado, el Primer Mandatario aseguró que todos los presidentes, con los que ha hablado, coinciden en el problema que significa la “mala prensa” en América Latina.
Esta postura se ha evidenciado en países como Ecuador, Bolivia, Venezuela y Argentina. Allí, los continuos ataques a la prensa y opositores al Régimen ha generado alertas en organizaciones de DD.HH. que han rechazado estas limitaciones y ataques.
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Según la organización Freedom House, en América Latina ha habido un fuerte retroceso en materia de libertad de expresión en los últimos años. “Es el derecho que más rápido se ha deteriorado en la región”, señaló.
En otros Estados, en cambio, los lazos entre el Régimen y la prensa son cordiales y de mutuo respeto al trabajo que realizan. El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, es vivo ejemplo de ello. En reiteradas ocasiones ha demostrado un compromiso con el ejercicio de la libre prensa. “Soy un convencido de la necesidad de contar con una prensa libre. Como bien decía Thomas Jefferson, cuando introdujo la Primera Enmienda, ‘sin una absoluta libertad de prensa no hay posibilidad de buen gobierno’”.
En Asunción, el mexicano Felipe Calderón tomó distancia de la posición de Correa frente a la prensa y aclaró que él prefiere “honestamente, que prevalezca una absoluta libertad de expresión a restringir la voz de los ciudadanos en cualquier forma”.
“Mientras yo sea Presidente, todos los medios de comunicación del país pueden estar seguros y tranquilos de que tendrán en nosotros los primeros defensores
de esa labor”.
Juan Manuel Santos. Presidente de Colombia
“Una prensa libre, plural e investigadora es imprescindible para la democracia. Un Gobierno como el nuestro debe saber convivir con las críticas de los periódicos para tener democracia”.
Dilma Rousseff. Presidenta de Brasil
“Estamos contigo en la batalla contra las grandes mentiras, de los poderes fácticos que tanto daño han hecho. Felicito tu valentía al poner el dedo en la llaga (…), gracias presidente Correa”.
Hugo Chávez. Presidente de Venezuela
“¡Qué mentira de los medios de comunicación. Somos víctimas de los medios! El peor opositor de Evo Morales son los medios de comunicación. Nos han acusado injustamente”.
Evo Morales. Presidente de Bolivia
“El abuso de la libertad de expresión lleva a extremos que son exacerbaciones ofensivas. Pero creo en la libertad. Me preocuparía que en el camino fuera restringiendo libertades”.
Felipe Calderón. Presidente de México
“Mi Gobierno se centrará en defender y promover en todo tiempo, lugar y circunstancias la libertad de prensa. Elevaré la voz cuando otros gobernantes mancillen esa libertad”.
Sebastián Piñera. Presidente de Chile
“Es mejor una prensa adversa, que nos ayude a producir una autocrítica. Esto es necesario para enmendar nuestros errores, que una prensa amiga que oculte los síntomas de errores”.
Fernando Lugo. Presidente de Paraguay
“Los diarios de mayor tirada mantienen rehenes a los argentinos. Cuando leo sobre la libertad de prensa, se me revuelven las tripas, porque parece que nos hacen sentir estúpidos”.
Cristina Fernández. Presidenta de Argentina
“Debido a que toman la información como negocio, la libertad de expresión ha sido reducida a una supuesta libertad de prensa sin ética ni profesionalismo, que busca lucro o poderes”.
Rafael Correa. Presidente de Ecuador