Al oficialismo le cuesta sostener la tesis de que Jorge Glas llegó a la papeleta presidencial como resultado de una resolución colectiva.
Dos días después de su nominación, surgen datos y versiones que evidencian que la voz presidencial fue decisiva en su nombramiento.Y que desde la Casa Presidencial se prefirió a un amigo y hombre de confianza, antes que un cuadro orgánico de A. País.
De ahí se explica por qué una parte de la militancia silbara a Glas, en la convención del sábado, cuando se lo anunció como candidato a ocupar el cargo de Lenín Moreno. El acto sorprendió porque no hubo un procedimiento medible, que evidenciara si su nombre tenía el apoyo de la mayoría de dirigencias provinciales.
Una vez inscrito el binomio Rafael Correa-Jorge Glas, ayer en el CNE, desde la dirigencia nacional se reconoce -diplomáticamente- que el Presidente fue quien escogió a su compañero.
La asambleísta Rossana Alvarado, del politburó, admite que fue determinante la decisión de Correa, en términos de equipo y confianza, para consolidar un cogobierno, con afinidad.
En efecto, la figura de Glas no ha sido representativa en A. País. Nunca ha sido candidato y los cargos que ha ejercido han dependido de la voluntad presidencial. Tampoco fundó el movimiento.
Así lo confirma Gustavo Darquea, ex director del movimiento en Guayas. Él asegura que en los tres años en los que dirigió la organización, nunca vio a Glas en las campañas del 2006 y del 2009.
De hecho, Glas llegó al Gobierno cuando fue ratificado como gerente del Fondo de Solidaridad. Él llegó a este cargo en el 2006, unos meses antes de que Correa se posesionara.
“Como Glas ya vivía en Quito, nunca estuvo en las reuniones del movimiento en Guayaquil ni en la provincia”, explica Darquea.
En Quito tampoco participaba en actividades para respaldar al binomio Rafael Correa-Lenín Moreno, en el 2006.
Según Gustavo Larrea, ex ministro y fundador de Alianza País, a Glas solo lo conoció en una reunión de Gabinete. El ahora miembro de la Coordinadora de las Izquierdas recuerda que Glas siempre tuvo buenas relaciones con Vinicio Alvarado, secretario de la Administración. Y que tenía un vínculo personal muy fuerte con Correa, pues era su amigo desde que eran boy scouts.“Es una decisión de las típicas de Correa, hecha a dedo, sin que haya una consulta y eso es lo que se vio durante el evento del sábado ”, agrega.
Con esta posición coincide la ex ministra de la Política Económica, Katiuska King, quien cree que Correa terminó con la lógica de buscar un equilibrio regional y de género. Por eso considera que se “consolida” un proyecto regional guayaquileño. Y que al carecer de una base política, Glas no representa ningún riesgo para Correa. “Quiere una persona de perfil muy bajo que se mueva bajo su sombra, que no tenga ninguna ambición política ni afán de figurar como dirigente de A. País”.
Una criterio similar es el del politólogo Felipe Burbano de Lara, quien ve en la designación del vicepresidencial un golpe para los sectores ideológicos de A. País, desplazados de una candidatura clave para el proyecto político.
En la práctica, ninguna de las postulaciones de cuadros originarios, como Fander Falconí, prosperaron. Esto, pese a que dirigentes como Ximena Ponce, vía Twitter, le pedían a Correa que lo pusiera en la papeleta electoral.