Polémica por proceso de revisión de firmas

Consejo Nacional Electoral en el colegio Benalcazar

Consejo Nacional Electoral en el colegio Benalcazar

La forma en que el Consejo Nacional Electoral (CNE) montó el operativo de verificación de firmas de inscripción de las organizaciones políticas es blanco de una avalancha de críticas y sospechas.

Para los sujetos políticos, el centro de operaciones para la comprobación manual de más de tres millones de rúbricas no presta ninguna garantía, luego del escándalo de adulteración de firmas en las fichas de afiliación.

Varias razones originan las sospechas y cuestionamientos de las organizaciones políticas.

La principal es que el CNE contrató el fin de semana a 450 digitadores, quienes apenas recibieron una capacitación dos horas, impartida ayer en el colegio Benalcázar de Quito.

De ahí que a los representantes de los partidos políticos les preocupa que personal con escasa instrucción esté a cargo de una tarea sensible como la verificación de la validez de millones de firmas.

“El CNE debe explicar en qué circunstancias capacitaron a estas personas”, sostiene el director de Concertación, Juan Carlos Solines. Él señala que si el CNE ya verificó las firmas con personal durante meses, en el actual proceso no hay ninguna garantía para que los nuevos digitadores no comentan los mismos yerros.

Los temores aumentan entre los sujetos políticos, ya que de las 11 organizaciones nacionales inscritas, 10 tienen las firmas justas (158 000) para alcanzar la personería jurídica.

Por eso, una invalidación del 5% de sus rúbricas no les permitiría alcanzar el cupo necesario para participar en los comicios de febrero. Solo Alianza País no tiene ese problema, ya que presentó más de un millón de rúbricas.

En este marco, la ex vocal electoral, Marcia Caicedo, advierte que ante la escasa capacitación de los digitadores, puede existir “una gran carga de subjetividad”, al momento de decidir si una firma corresponde o no a un ciudadano. “Esto será una cacería de brujas”.

El vicepresidente del CNE, Paúl Salazar , reconoce que debido a la emergencia recurrieron a la base de datos de las personas que aplicaron para conseguir un trabajo en la campaña de cambio de domicilio. “En algunos casos las firmas son tan rápido de comprobar que son falsas, que no se necesita ningún conocimiento de perito caligráfico”, dice.

Si es tan fácil de detectar que una firma no es verídica, ¿por qué falló el sistema del CNE durante el primer proceso de verificación que duró varios meses?

Salazar afirma que en la verificación automática el parámetro de coincidencia fue del 40%. Es decir, que existe un margen de error del 60%. Por ello, asegura que la calificación de las organizaciones políticas fue un proceso que duró tres años “pero que desde el inicio tuvo vicios de nulidad”.

Si bien en este proceso de verificación manual de las firmas el CNE permitió la presencia de veedores de las organizaciones políticas, el MPD reclamó porque en principio solo se les permitió tener un delegado para que vigilara el trabajo de 10 operarios. “Esto es una farsa, aquí no hay un proceso transparente”, dijo el militante del MPD, Ciro Guzmán, para quien no hay las condiciones para ejercer un control adecuado. Luego de una intensa discusión, el organismo permitió tener un delegado por cada cinco mesas.

El MPD también cuestiona que el personal del que depende la verificación de rúbricas no haya sido instruido. “Los jóvenes no están bien capacitados y eso no garantiza un proceso transparente”.

Por ello, los representantes de las organizaciones políticas advierten que permanecerán atentos para que las firmas de sus afiliados sean respetadas.

Dentro del coliseo el personal de verificación trabajará las 24 horas del día. La consejera electoral, Nubia Villacís, dijo que habrá 180 miembros de seguridad, 120 militares y 60 policías.

[[OBJECT]]

Suplementos digitales