El polémico de la semana. Abdalá Bucaram Ortiz.
Otra derrota política para el ex presidente Abdalá Bucaram Ortiz. La madrugada del martes, el Consejo Nacional Electoral (CNE) lo sacó de la papeleta presidencial diluyendo nuevamente sus esperanzas de regresar al país, sin ser detenido por la orden de prisión preventiva en su contra desde 1997.
Al menos en el discurso político, la inscripción del ex Mandatario, en lo que hubiese sido su cuarta candidatura a Carondelet, era la última carta para reencontrarse con su “masa” y volver a ser el político influyente que descolló en 1983, tras fundar un partido en memoria de Jaime Roldós y Marta Bucaram.
El CNE alegó en su dictamen que el ex Mandatario debía estar, en cuerpo presente, en la proclamación de su candidatura en la sede del PRE. También se argumentó que la firma del acta de inscripción de Bucaram no coincidía con la de su cédula.
Sin embargo, este trámite frustrado, lejos de la esperada reacción política de rechazo por parte de Bucaram y su familia, se enmendó con uno nuevo.
En cuestión de horas, sus hijos Dalo y Michel, las nuevas figuras políticas de la familia, inscribieron a un nuevo candidato presidencial que es más conocido por su efervescente vocación religiosa que por su trajinar político.
El pastor evangélico, Nelson Zavala, es el sucesor de Bucaram en la papeleta electoral. Como dijo el mismo ex Presidente, se escogió a un “soldado de Dios” para “ponerle un bozal a Satanás para que no siga usando de ventrílocuo a su hijo que es Correa”.
El desenlace de la crisis en el PRE se zanjó por el lado religioso, con un candidato polémico que entre sus principales urgencias como estadista está la de redimir a las personas de diversa orientación sexual y “salvarlas”.
La economía, la democracia, la educación, la obra pública son temas que aún no cobran trascendencia en un candidato que tiene como misión conquistar el voto de la mayor cantidad de electores si lo que desea, al menos, es pasar a una segunda vuelta.
15 años después de su efímero mandato y su tercer autoexilio, el ex presidente Bucaram, al parecer, sigue marchando en su propio terreno.
La nueva era del PRE no ha logrado resolver el problema más importante de su agenda partidista: lograr el retorno de su líder político quien, hace 20 años, llenaba plazas y hacía de su campaña política un verdadero espectáculo, que ha sido analizado desde todas las aristas académicas posibles para entender el fenómeno populista de Bucaram.
El nuevo PRE agoniza. Ni en las jornadas de recolección de firmas, ni en el cuestionado proceso de revisión, iniciado por el CNE, se vio a la militancia del PRE, de carne y hueso, peleando por el espacio electoral que el partido de los pobres decía merecer.
Fueron varios los ‘trinos’ de Bucaram en julio, quien consideraba que era un absurdo pretender borrar, con una decisión administrativa, a un partido con 30 años de presencia protagónica en la historia reciente del Ecuador.
Pero la calma chicha con la que reaccionó la militancia del PRE, ante el permiso denegado del CNE para inscribir al ‘Loco que ama’, deja entrever que la fuerza de ‘La 10’ no va más y que ahora sus dos hijos y su nuera buscan salvar los muebles con una modesta presencia parlamentaria.
La nueva era del PRE no encuentra un derrotero. El partido pudiera esperar a que Dalo tenga 35 años para ser candidato presidencial; actualmente frisa los 30.
Mientras tanto, su padre seguirá en Panamá esperando su ansiado retorno, mientras la gente más joven que alimenta al padrón electoral de hoy, mira como un recuerdo histórico la fortaleza y el carisma del líder de los pobres.
La orden de prisión preventiva en contra del ex Presidente, por los casos Mochila Escolar y Gastos Reservados, sigue vigente. Bucaram denuncia que estos procesos han sido traspapelados por la Corte Nacional de Justicia y la Corte Constitucional, de forma deliberada, porque “obedecen” al presidente Rafael Correa.
Por otro lado, el ex mandatario puede trazarse dos escenarios: esperar a que sus juicios cumplan 20 años (en el 2017) para alegar la prescripción de los mismos, dado que su caso data de un Código Penal anterior al vigente. El otro escenario, también sería factible en cinco años, cuando él sea un hombre de la tercera edad y pueda beneficiarse de un arresto domiciliario, en caso de que las orden en mención sigan en pie.
El ex Presidente sigue aferrado a sus memorias. Cuelga fotos en Twitter de cuando era deportista de élite, Intendente, Alcalde, candidato y Presidente. Mientras tanto, en Ecuador, su partido se aferra a la candidatura de un evangélico, religión que lo une a Dalo. Esta es la nueva era del PRE.
¿Quién es?
Abdalá Bucaram Ortiz nació en 1952. Se hizo político por influencia de su familia paterna y con el apoyo de Jaime Roldós. Fue Alcalde de Guayaquil y Presidente. No logró culminar ninguno de esos cargos.
¿Qué hizo?
Fue proclamado candidato vía Internet. Según el CNE, la firma de su ficha de inscripción no coincidía con la de la cédula, por lo cual fue descalificado. En su lugar, se proclamó al pastor Nelson Zavala.
¿Qué dijo?
“Sin palabra y negar mi candidatura desnudó la falta de valores democráticos del señor Correa. La idea de lanzar al pastor (Nelson) Zavala es para ponerle un bozal a Satanás. Masa: vota 10”.