La alianza entre Guillermo Lasso y Auki Tituaña acentuó las fisuras internas del movimiento indígena, que no logra consolidar sus bases alrededor de una sola figura.
El sí del ex Alcalde de Cotacachi a Lasso sacudió a la Conaie y Pachakutik, que cada vez tienen menos certezas de que sus bases se vuelquen a respaldar a la candidatura de Alberto Acosta.
La razón: Lasso se unió a otros dos líderes políticos que, desde el 2002, trabajan por tener de su lado al movimiento indígena.
Se trata del ex mandatario Lucio Gutiérrez (Sociedad Patriótica) y del presidente Rafael Correa (Alianza País), quienes desde el poder impulsaron políticas para captar las bases de la Conaie.
Así, son cuatro las organizaciones políticas de carácter nacional que se disputan los votos de este segmento de la sociedad que, según el último censo, representa el 6% de la población.
Imbabura, el bastión de Tituaña, fue la zona geográfica donde con mayor fuerza se evidenció las diversas corrientes electorales en las que se mueve el movimiento.
En la última semana se registraron reuniones extraordinarias de la Federación de Indígenas y Campesinos de Imbabura (FICI), que apoya a Alberto Acosta, y de la Unión de Organizaciones Campesinas Indígenas de Cotacachi (Unorcac), afín al Gobierno.
Pese a sus diferencias políticas, Rocío Cachimuel, titular de la FICI, y Juanita Morales, dirigente de la Unorcac, tacharon como incoherente la decisión de Tituaña.
Y aunque tratan de minimizar su impacto, desde la academia hay la lectura de que el binomio de Creo fragmentará aún más al movimiento en los comicios.
Así lo señala Rubén Santacruz, analista político imbabureño, quien cree que se dividen aún más a las organizaciones indígenas. “Naturalmente (esa acción) no estaba dentro de los objetivos políticos que tenían”.
El propio Tituaña reconoce que las bases no se atan a las disposiciones de los dirigentes. “El movimiento indígena tiene libertad y eso es lo bueno. Hay libertad de pensamiento y de elección. Hay muchos que han votado por Mahuad, Lucio y hasta por Correa”.
En la Sierra centro también se palpan los diferentes rumbos electorales del movimiento indígena, al que busca sumarse Creo.
Sociedad Patriótica, Pachakutik y A. País son los grupos que buscan cooptar las dirigencias locales en Chimborazo, Bolívar, Cotopaxi y Tungurahua. “Los dirigentes indígenas caminan por sendas distintas. Cada uno busca intereses personales, por eso están fragmentados y eso fue notorio en la marcha de marzo”, dice el analista Santiago Guevara.
A continuación un vistazo de los apoyos indígenas que tienen Gutiérrez, Acosta, Lasso y Correa.
Sociedad Patriótica/Lista 3
El partido de Gutiérrez cuida su voto duro
Desde que Sociedad Patriótica llegó al poder (2003), sus dirigencia ha realizado un trabajo permanente para cultivar el voto indígena.
A partir de la entrega de picos y palas, aplicada por el antiguo Ministerio de Bienestar Social y calificada como clientelar por la cúpula de la Conaie, el partido de Lucio Gutiérrez poco a poco fue acercándose a las bases.
El resultado de esa política se ha reflejado en las urnas, desde el 2006. Desde esa fecha, en todos los procesos electorales, la lista 3 ha conseguido resultados en las provincias de la Sierra y Amazonia con población indígena.
En las presidenciales del 2006, Gilmar Gutiérrez, hermano menor del ex Presidente, se ubicó en tercer lugar, con el 17,59%. de sufragios. Su candidatura logró ganar en todas las provincias de la Sierra central: Cotopaxi, Bolívar, Tungurahua y Chimborazo.
Una parte de ese caudal también respondió a la alianza que el PSP tejió con la Federación de Indígenas Evangélicos (Feine), con una fuerte presencia en la zona, en especial en Chimborazo.
Como resultado de ese apoyo, el PSP se convirtió en 2007 como la segunda fuerza legislativa, hasta que la Constituyente envió a receso al Parlamento.
Este partido también logró una votación importante en 2009. El ex Presidente logró el 29% de los votos. Ganó en Bolívar y se impuso en la mayoría de provincias de la Amazonia, superando al presidente Rafael Correa. Con estos resultados, la lista 3 continúa profundizando sus lazos con líderes indígenas de la Sierra. Uno de sus puntales en esos acercamientos es el coronel (r) Paco Fierra, asambleísta por Chimborazo. Paco Fierro, asambleísta por Chimborazo. “Vamos a superar la votación de años anteriores”.
El líder de Sociedad Patriótica. Lucio Gutiérrez realiza un trabajo de base para conservar su votación en la Sierra.
Coordinadora de las Izquierdas/ Listas 15-18
Acosta se sostiene en la cúpula de la Conaie
La Coordinadora Plurinacional de las Izquierdas, de la que es miembro Pachakutik, apuesta a que las organizaciones tradicionales de la Conaie respalden la candidatura presidencial de Alberto Acosta.
Su principal apoyo es el expresado por la dirigencia nacional de la Conaie, liderada por Humberto Cholango. Todo su Consejo de Gobierno se comprometió a trabajar por Acosta.
En Imbabura, el movimiento del arco iris espera que no haya más deserciones de peso, como la del ex alcalde Auki Tituaña, que era uno de sus candidatos para llegar a la Asamblea. Y confía en que se traducirá en votos el respaldo oficial brindado por la Federación de Indígenas y Campesinos de Imbabura (FICI).
Tungurahua es la provincia donde luce más sólida la unión de las bases alrededor de la figura de Alberto Acosta. Allí están casi cerrados los diálogos entre la Coordinadora de las Izquierdas y la dirigencia del Movimiento Indígena de Tungurahua (MIT).
Esa organización busca que Manuel Ainaguano, Manuel Caizabanda y Juan José Maliza lideren las listas para asambleistas en la provincia. “Estamos en conversaciones con los compañeros de la Coordinadora. El oficialismo no tiene candidatos aquí y esta debilitado en esta zona”, asegura Ainaguano.
En Cotopaxi, en cambio, Pachakutik espera conservar su voto duro, a través del trabajo de cuadros emblemáticos como la asambleísta Lourdes Tibán y el ex prefecto César Umajinja.
En cambio, en las provincias del sur de la Amazonia, Pachakutik espera que dé resultados el trabajo político que puedan realizar el prefecto de Zamora, Salvador Quishpe, así como la asambleísta Diana Atamaint.
El cuadro presidencial de las izquierdas. Alberto Acosta, ex titular de la Constituyente, tiene el apoyo de cúpula indígena.
CREO/ Lista 21
Tituaña abre vía a más apoyos para Lasso
La incorporación de Auki Tituaña en la papeleta presidencial de Creo ha generado resultados inmediatos.
A más del golpe de imagen por la alianza entre un banquero y un dirigente social, varios dirigentes indígenas con trayectoria ya han expresado su deseo de adherirse.
El primero en hacerlo fue Leonidas Iza, ex presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), durante los gobiernos de Lucio Gutiérrez y de Alfredo Palacio.
El propio Tituaña reveló que, tras el anuncio de su unión a Creo, Iza se contactó con él para ofrecerle su apoyo. Leonidas Iza, ex titular de la Conaie, que tiene gente en Cotopaxi, me llamó para ofrecerme su respaldo”.
Aunque en los últimos años Iza ha desaparecido de la escena nacional, tras su salida de la dirigencia de la Conaie, su trabajo dirigencial lo ha enfocado en Cotopaxi, su provincia de origen.
Es miembro del poderoso Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi (MICC), que encabeza la oposición al gobierno de Rafael Correa en esa provincia.
Además, su hijo, Leonidas Iza Salazar, es presidente de la Comunidad de San Ignacio de Toacaso. De ahí que su adhesión al movimiento Creo es tomado como un apoyo de importancia.
En Cotacachi, cantón donde Tituaña fue alcalde por 13 años, hay dirigentes de bases que han optado por apoyar al movimiento de Lasso para las elecciones de febrero. En esencia se trata de líderes de las comunidades rurales de Pachakutik y de Waminka Rumiñahui, filial de la Federación Indígena de Imbabura.
Activistas como Pedro Fernández, de Waminka Rumiñahui, aseguran que seguirán trabajando en apoyo a Tituaña porque es un político con experiencia.
El representante del movimiento Creo. Guillermo Lasso logró que el dirigente Auki Tituaña sea su vicepresidencial.
Alianza País/ Lista 35
El oficialismo tiene el aval de cuadros históricos
Luego de que en la consulta de mayo del 2011 las organizaciones indígenas de la Sierra Central dieron la espalda al Gobierno, este empezó una estrategia para reconstituir su imagen en esas jurisdicciones.
Para ello, Alianza País y las gobernaciones de las provincias ejecutaron una proyecto de acercamiento con dirigentes indígenas históricos, que son respetados en sus territorios.
En Chimborazo, el movimiento oficialista consolidó su relación con Miguel Lluco, ex coordinador de Pachakutik, quien ideó en 2006 la alianza con Sociedad Patriótica para llegar al poder.
Su trabajo de base se ha enfocado en Chimborazo. Tanto incomodó la labor de Lluco a la dirigencia del movimiento del arco iris, que esta agrupación lo expulsó en abril pasado.
El prefecto de Chimborazo, Mariano Curicama, es otra de las cartas políticas del oficialismo en ese sector. Aunque en su primer período fue elegido por Pachakutik, luego priorizó su entendimiento político con el Ejecutivo.
Su apoyo al Gobierno ha causado divisiones en las organizaciones indígenas de su zona de influencia. De hecho, la nominación de Delia Caguana como presidenta del Movimiento Indígena de Chimborazo (MICH) causó división entre los dirigentes de las 33 Organizaciones de Segundo Grado. Sus detractores la acusan de contar con el apoyo de Mariano Curicama.
En la Sierra Norte el Gobierno jugó una carta importante, al nombrar como embajador en Bolivia a Ricardo Ulcuango. En esta zona, Alianza País también tiene el apoyo de la Confederación de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (Fenocin). Su ex titular, Pedro de la Cruz, es asambleìsta por A. País.
Presidente-candidato. Rafael Correa y su partido tejieron una política para acercarse a los líderes históricos.
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