El Gobierno de Ecuador está decidido a que la OEA disponga la ejecución de las reformas a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), criticada por varios países como Venezuela y Colombia. El presidente Rafael Correa llegó ayer a Bolivia, donde participó de la sesión de la Asamblea General. Allí se abanderó del tema e intentó persuadir a la mayoría de miembros del organismo para que se apruebe la resolución que ordene a la CIDH aceptar las recomendaciones que trabajó el Consejo Permanente de la OEA.
Lo hizo con un encendido discurso, en que cuestionó con dureza a los medios y a los organismos regionales que protegen derechos como la libre expresión.
Junto a los países de la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba) y Brasil, el Gobierno ecuatoriano dijo que el futuro de la CIDH y el Sistema Interamericano será blanco o negro. “O la OEA se reinventa o desaparecerá. No tiene otro camino”. Ese fue el fondo del mensaje pronunciado por el canciller Ricardo Patiño y profundizado ayer por Correa.
El Mandatario señaló a la CIDH como supuesta defensora de lo que él llama “libertad de extorsión del periodismo”.
La CIDH funciona en forma autónoma a la OEA y sus críticos informes al atropello a derechos fundamentales en la región han molestado en el pasado a dictaduras de derecha que gobernaron en Latinoamérica durante la década de 1970 y parte de los años de 1980. Actualmente algunos de sus pedidos perturban a gobiernos de corte socialista democráticamente elegidos, como el de Ecuador, Venezuela y Bolivia.
En el caso ecuatoriano, la molestia de Correa se disparó en febrero, cuando la Comisión dispuso medidas para bloquear la sentencia en el que juicio que entabló contra diario El Universo.
“El mensaje (de la CIDH) es que no se puede enjuiciar a un periodista o a un medio. La Comisión pretende que los Estados seamos siempre sospechosos”, dijo Correa ante la Asamblea General.
Sin consenso los cambios
Pero, en la práctica, en la Asamblea aún no hay un consenso para que se apruebe una resolución sobre los cambios al Sistema Interamericano de DD.HH.
Las divergencias residen en la redacción del texto. Mientras la Alba quiere que las reformas sean de cumplimiento obligatorio para la CIDH, países como EE.UU. sostienen que la resolución debe dejar en libertad al organismo de implementar aquellas que no atenten contra su autonomía.
“Tenemos mucho optimismo, creo que podemos llegar a un acuerdo, a un consenso con todos los países, pero no tenemos la posibilidad de imponer cambios mandatorios ahora”, afirmó Roberta Jacobson, secretaria de Estado Adjunta para A. Latina.
Entre las reformas planteadas a la CIDH figura un cambio en el financiamiento a la Relatoría de Libertad de Expresión, para que no reciba fondos fuera del hemisferio. Asimismo, que se revisen los criterios y procedimientos para la elaboración del Capítulo IV del informe de la CIDH, que incluye a los países que violan los derechos fundamentales.
La Carta Social está lista
La Asamblea de la OEA aprobó ayer la Carta Social de las Américas, que apuesta al desarrollo humano y económico, así como al fortalecimiento del sistema democrático en la región.
La sesión plenaria final de la Asamblea será esta tarde. El acceso boliviano al mar y de la recuperación de Malvinas para Argentina serán abordadas.
Todavía no se conoce si habrá consenso para la firma de la Declaración Final de la cita.