Y ¿quién dio la orden para ordenar “a fuego a discreción y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles y gente inocente?”.
La discusión que se ha desatado alrededor del caso de El Universo se ha centrado en la libertad de expresión, pero nadie ha reflexionado estos días sobre la parte del artículo de Emilio Palacio (entrecomillada arriba) que provocó la reacción de Correa.
Correa sostiene que lo que dice Palacio es una injuria en su contra y que no se podía permitir que la hubieran leído sus hijas o su esposa. Pero, ¿qué ha hecho Correa para que se esclarezca por completo cómo se produjeron las cinco o más muertes aquel día?
Muy poco. Y si bien todo el debate sobre la sentencia en contra de El Universo es válido, no es menos la necesidad de que se sepa lo que ocurrió cuando una fuerza militar atacó el hospital sin haber tratado de disuadir a los alzados.
Correa ha estado infructuosamente enfocado durante casi todo este año a probar que lo que ocurrió ese día fue un golpe de Estado. Se ha dedicado a esclarecer el lado político de los hechos, pero no ha hecho mayor cosa para que el país sepa en qué circunstancias murieron los militares y policías. Por ejemplo, no ha habido un solo intento serio por esclarecer el misterio de las balas desaparecidas de los cuerpos de los muertos.
Lo dicho por Palacio puede ser injuria o no, pero mientras no se sepa qué ocurrió aquel día, siempre habrá la duda sobre quién dio la orden del ataque sin que se incluyan los protocolos disuasivos que se preven para esos casos y que pudieron evitar las muertes.