¿Con estas cifras se puede concluir que ahora la mayoría del electorado es de oposición? Las complejidades por las que atraviesan estos grupos hacen prever que la oposición seguirá dividida y sin capacidad de captar ese amplio espacio de votos de cara a las próximas elecciones del 2013.
Esto se debe, en parte, a que la oposición al Gobierno no obedece a una sola tendencia, lo que vuelve difícil crear un proyecto unificado a futuro.
En la una orilla están los ex aliados del oficialismo y en la otra los partidos políticos debilitados que, desde un inicio fueron críticos con la revolución ciudadana.
Aunque en la campaña de la consulta todos estos frentes apoyaban el No; hubo pocas alianzas estratégicas. Como lo su sugiere el legislador de Alianza Libertad, Paco Moncayo, la unión momentánea de la oposición se centró en dos posturas claras: la defensa de la República y la lucha contra el autoritarismo, que se evidenciaron en la intención de interferir en la Función Judicial y en la restricción a la libertad de prensa.
El ex Alcalde de Quito está consciente de que próximamente será difícil alinear nuevamente la postura de tantos sectores diversos. Pero insiste, al igual que su colega César Montúfar, en conservar ese espíritu de unidad y convergencia al menos al diseñar una agenda para el trabajo legislativo.
Es decir que, a pesar de que no haya un acuerdo, sí pueden cooperar en el desarrollo de la Ley de Comunicación y en la reestructuración de la Justicia, para evitar que se aplique solamente la posición del Gobierno.
Otro frente que se siente victorioso por los resultados de la consulta es la Coordinadora Plurinacional Esta vez No. Estuvo integrada por Pachakutik (brazo político de la Conaie), el Movimiento Popular Democrático (partidos del magisterio) y el Movimiento Participación (liderado por el ex ministro de Correa, Gustavo Larrea y otras fuerzas regionales). Este sector cree que su campaña fue decisiva para esta aparente derrota de Alianza País.
Pero más allá de esta lectura triunfalista, ni el MPD ni Pachakutik pueden ser considerados como fuerzas gravitantes en la política nacional. En las elecciones pluripersonales del 2009, estas dos fuerzas, unidas, no representaron ni el 6% del electorado.
Pero Larrea reivindica el cambio que ha vivido el país en los últimos años. Según sus cálculos, la tendencia que él representa tiene los votos que el Gobierno ha perdido. En la primera consulta popular, Alianza País tuvo un respaldo del 81,7%, luego con un 64% se ratificó la nueva Constitución. Ahora, Correa tiene que acudir únicamente a la fórmula de los votos válidos (sin nulos y blancos) para celebrar un triunfo que apenas si supera el 52%.
“La oposición no puede ser vista como un todo homogéneo. No hay un frente común y no creo que vaya a haber uno a mediano plazo. Hay dos tendencias diferenciadas: la una la que gobernó el país y representa el pasado y dentro de ella la derecha. Y del otro lado los de centroizquierda e izquierda que apoyaron la Constituyente de Montecristi”.
A esta posición se suma el ex presidente de la Constituyente, Alberto Acosta. Para él, es imposible compartir la lucha política con los grupos de derecha. “Sería como juntar el agua y el aceite”, señaló. Pero, por el contrario, su movimiento Montecristi Vive, que aglutina a varios disidentes de Alianza País, ya ha iniciado los diálogos con la coordinadora Esta vez No, para planificar acciones.
Entre sus planes inmediatos está llamar a una consulta popular para tratar sobre la “minería metálica a gran escala, la redistribución del ingreso, la riqueza de la tierra y el agua. En general de los planteamientos que fueron ofrecidos por el presidente Correa”.
Para Larrea, el paso inmediato de su grupo será apoyar el derecho a la resistencia y las luchas sociales de los pueblos indígenas en las zonas donde ganó el No que, en el caso de Z. Chinchipe, es el centro del futuro minero del país.
Uno de los grupos que más presión logró contra la consulta fue el movimiento indígena. En las provincias en donde su fuerza es mayoritaria el voto por el Sí apenas llegó al 30%. Por ello, el titular de la Conaie, Humberto Cholango, dijo que ahora están más unidos y que las dádivas del Presidente no han logrado afectar a sus bases. Esta fortaleza servirá para construir una agenda por la Amazonía y el rechazo al “extractivismo”.
Para ello, promoverán el diálogo con los frentes sindicales, intelectuales y políticos con los que tienen afinidad. En la lista no está ni Sociedad Patriótica “ni otros grupos reciclados que aparecieron en la consulta”. Esto incluye, según Cholango, a los nuevos movimientos que se han creado y “que estuvieron en el Gobierno y son responsables de la crisis institucional del país”.