‘Mi libro es una respuesta académica al de Correa’

¿Por qué se decidió a escribir un libro que responda al que escribió el presidente Rafael Correa, denominado ‘Ecuador: de Banana Republic a la No república’?

La razón básica es que al leer su texto, mi primera reacción fue la de replicar sus planteamientos económicos y conceptuales. Me pareció que en el ámbito profesional y académico, había que hacerlo porque debe existir un debate desde varios puntos de vista.

¿Se podría decir que se abrió una carrera por publicar obras con posturas políticas e ideologías diferentes?

Es una contestación académica de ideas. Y, en particular, yo como director de Economía de la Universidad San Francisco de Quito, creo que uno de los roles de las universidades es participar en el debate nacional.

¿Qué conclusiones sacó del libro del Jefe de Estado?

Es un tema de visiones diferentes. Él defiende la postura socialista y estatal de las cosas. Yo trato de mostrar que hay otra visión mucho más útil para el país y el mundo: el liberalismo. No estoy de acuerdo con esa idea estatista.

Pero, teóricos como Correa afirman que la doctrina que usted defiende es la culpable del subdesarrollo de los países del tercer mundo...

No creo que unos países hayan crecido a costillas de otros. Casi toda la población del mundo ha mejorado en relación a lo que era la vida hace 500 años. Lo que sí es cierto es que unas naciones han progresado más que otras. Eso no significa que no debemos esforzarnos para que otros progresen .

Y los problemas causados en el medio ambiente, por ejemplo, a causa de la explotación de los países ricos...

Estoy convencido que el mundo ha pasado en estos últimos 300 años de 1 000 a 6 000 millones de habitantes. Ese crecimiento se tuvo que hacer a costa de algo, pero el liberalismo ha permitido que vivan 5 000 millones de personas más. Ese es un éxito extraordinario porque hay más personas que viven mejor que antes.

Correa cuestiona en su libro a la dolarización y la manera improvisada con la cual se la puso en vigencia. ¿Por qué usted la defiende?

Eso es un error, porque al final nos va a conducir a que salgamos de la dolarización cuando no es necesario. Entonces, yo creo que este sistema se debe mantener. Otra falla de Correa es ver como negativa a la globalización.

¿Por qué?

Su posición de que la globalización solo debe abrirse entre países sudamericanos y latinoamericanos no es buena. Mientras hay otras naciones como Chile, que se han abierto a otros continentes como Europa y Asia, la visión del Socialismo del Siglo XXI es la de quedarse en una sola región.

El Gobierno ha abierto relaciones con China e Irán. ¿Eso también puede ser entendido como un acceso directo a la globalización?

Abrir el debate es maravilloso, pero los países que realmente cuentan en el mundo económico son EE.UU., los de Europa y la China. No nos estamos abriendo a la China en términos de comercio, sino en cuestiones de financiamiento para proyectos del Gobierno. Ese país recién nos prestó la facilidad petrolera, que ya nos gastamos, y nos facilitó recursos para un proyecto hidroeléctrico y eventualmente la refinería.

En ese contexto de globalización, ¿cómo se enmarcan las relaciones con Irán?

Es un error del Ecuador darle tanta importancia a Irán, pero yo creo que ese es un tema de visión estratégica. No es cuestión de decirle a los Estados Unidos que yo hago lo que quiero. Eso no me parece bien.

Al publicar un libro en contra del presidente Correa, ¿está consciente de que asume un claro rol político?

No. Esta es una respuesta de orden académico y conceptual. Creo que es un rol de las universidades participar e incentivar los temas intelectuales. Yo entiendo, e incluso me sentiría halagado, si la gente piensa que esto puede darme un tipo de presencia, pero para mí, tiene otro significado más intelectual.

El libro es publicado en medio de una coyuntura compleja para el Gobierno en varios aspectos, ¿estaba esperando un momento así para presentarlo públicamente?

El lanzamiento estaba previsto desde hace bastante tiempo. Las fechas coinciden, pero para mí no lo es. Solo quiero abrir diálogo

¿Con su texto, busca crear una plataforma política?

Hay gente que piensa así y lo respeto. Hice un trabajo decente en Montecristi como asambleísta y propuse que quienes participaron en esa Asamblea no fueran candidatos después. No quiero abrirme ningún espacio.

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