En medio del proceso de revisión de firmas, Domingo Paredes recibió al equipo de EL COMERCIO en su oficina.
Fue a mediodía. La cita había sido programada un fin de semana, en un instante en que Paredes se encontraba solo, sin los guardaespaldas que suelen acompañarlo, logramos conseguirla
Era mediodía, Paredes lucía cansado, pues había tenido una mañana ajetreada en el Centro de Exposiciones Quito, donde se desarrolla la revisión integral de las firmas. Así, nos recibió en su despacho, ubicado en la sede del Consejo Nacional Electoral en Quito.
Lucía una camisa blanca y un pantalón habano. En la mesa principal había colocado fotografías del recuerdo, una de sus padres, cuando fue militar, cuando fue activista de fundación Natura… También nos indicó unas 10 publicaciones que había escrito a lo largo de su vida. Entre estas La Rutina, un poemario que escribió en 1970.
Antes de iniciar la conversación, que se extendió por dos horas, pidió a su asistente que se retirara y empezó el diálogo. Nos comentó de su infancia, sus experiencias a lo largo de su vida y también de sus facetas polémicas.
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