Una gran pancarta con la frase Agua u Oro abrió la multitudinaria marcha en Cuenca de los campesinos e indígenas de varios sistemas de agua de Azuay y Cañar. De esa forma conmemoraron el Día Mundial del Agua y apoyaron a la marcha plurinacional.
La concentración fue desde las 09:00 en el céntrico parque de San Blas. La encabezaron Carlos Pérez, presidente de las Organizaciones Campesinas del Azuay y Manuel Guamán, de la Unión Provincial de Comunas y Comunidades de Cañar.
Entre los ausentes estuvo el prefecto de Azuay, Paúl Carrasco, quien participó antes en el recibimiento y despedida de los caminantes de la marcha plurinacional, en su paso por Cuenca.
Pero, desde su oficina, se mantenía informado sobre las protestas en Cuenca y Quito. Sobre las expresiones de los líderes de la Conaie que le prohibieron utilizar la marcha con fines políticos y electorales, Carrasco dijo que respeta todas la decisiones de las organizaciones políticas y sociales.
Para él, no tiene sentido estar enfrentado cuando hay exigencias en común. La caminata que se inició en Zamora es, exclusivamente, del sector indígena, de reivindicación de la Conaie. “Nosotros tuvimos la propia el 10 de marzo último y reunimos a más de 33 000 personas”.
Dos horas antes, cerca a las 08:45 unos 200 policías empezaron a acordonar la Gobernación, el Municipio de Cuenca y la Corte Provincial de Justicia, ubicados en el Centro Histórico. El objetivo era impedir que los protestantes avancen a esas entidades.
Afuera de la Gobernación unos 100 funcionarios y simpatizantes de País flameaban banderas verdes y había música protesta de fondo. Frente a la glorieta del parque Calderón levantaron una tarima que no la utilizaron, porque las autoridades intervinieron desde la parte baja.
La marcha en defensa del agua y contra la minería partió a las 10:30. Cerca de 30 minutos antes, Mario Castro, jefe de Operaciones de la Policía, les indicó el recorrido aprobado, que no incluyó el paso por la Gobernación. Dispuso la participación de 250 uniformados para controlar el orden y la seguridad.
El helicóptero de la Policía sobrevoló de forma permanente la urbe. Los participantes de la marcha ocuparon más de tres cuadras. Cuando llegaron a la esquina de las calles Bolívar y Borrero, ambos bandos estuvieron a una cuadra de distancia.
Allí se caldearon los ánimos y cruzar insultos y consignas. “El agua y la vida no son negociables”, repetía María Cajilema, de la parroquia cuencana Victoria del Portete. Flameaba una bandera azul que tenía impresa en blanco una gota de agua. Guamán dijo que si el Gobierno no desecha los proyectos mineros no habrá diálogo, sino resistencia.
Mientras eso ocurría, el prefecto Carrasco decía en la Prefectura que no está en contra de la minería sino cómo este Gobierno quiere manejar la minería a gran escala. Según él, hay proyectos como el de Quimsacocha (minera IamGold) que no tienen que hacerse, porque está dentro de fuentes de agua. “Ese no va porque no va”, dijo en tono tajante.
Carrasco señaló que le preocupa la situación del país, de la provincia y la suya por las constantes ofensas que recibe de desprestigio a su dignidad. “Hay un Gobierno centralista, que busca enfrentar a la población, que no escucha y que vive confrontando con la gente”.
Una extensa bandera de la Conaie también se extendió entre los caminantes. Y a manera de mofa, los campesinos de las parroquias cuencanas Victoria del Portete y de Tarqui, portaron un becerro elaborado en masa y pintado de color oro (dorado).
Según Blanca Mejía, la réplica sería enviada al presidente Rafael Correa para que lo exhiba en Carondelet. Varios indígenas de Sisid, Ingapirca, Chuichún, Jolupata… del cantón Cañar, con la tradicional kipa llamaban a que la gente de uniera a la protesta.
Cerca de las 12:00 la marcha llegó a la plazoleta de La Merced, a unas cinco cuadras del parque Calderón. Tras los discursos de algunos dirigentes, Pérez hizo la entrega simbólica de unos aretes.
Estos accesorios fueron supuestamente colocados en el hato ganadero de Tarqui y Victoria del Portete por parte de técnicos del Ministerio de Agricultura.
“No estamos dispuestos a pagar más impuestos con este dudoso proceso del areteo”, dijo un campesino quien portaba un cartel que decía “Ganaderos de Girón: aretea a seguidores, a mí no”.
Guamán dijo que si no son escuchados por el Gobierno en sus exigencias (desechar los proyectos de minería, Ley de aguas…) seguirán y fortalecerán las marchas de resistencia social. También señaló que estarán vigilantes de posibles diálogos.
Una vez que llegaron los campesinos a la plaza de La Merced la concentración de País también se diluyó. Antes de que eso ocurriera, el gobernador, Humberto Cordero, repitió casi el mismo discurso del presidente Correa. “Este ha sido un Gobierno de diálogos y consensos, pero que no dialogará con los golpistas”.
Él confirmó que para defender la democracia en Quito habían enviado varios buses con personas voluntarias que están convencidas de los cambios.