Al oficialismo no se le hará difícil impulsar su campaña en favor de la consulta popular en casi todas las provincias del país.
Solo en Esmeraldas y en Morona Santiago, los prefectos provinciales y los alcaldes de las dos capitales están por el no en la consulta, con la posibilidad de neutralizar la arremetida de Alianza País.
En el resto de provincias, la situación es más ventajosa para el Régimen. En cinco de ellas: Los Ríos, Imbabura, Pichincha, Santo Domingo de los Tsáchilas y Loja, el oficialismo tiene pleno apoyo de las principales autoridades seccionales.
En Azuay y Zamora Chinchipe, en cambio, se prevé un forcejeo político entre los prefectos y los alcaldes porque apoyan opciones distintas. El caso azuayo es el más evidente; el prefecto Paúl Carrasco se ha lanzado por el no mientras que el alcalde cuencano, Paúl Granda, apoya el sí.
Azuay es la cuarta provincia más grande en términos electorales y los resultados de la consulta estarán matizados por esta medición de fuerzas.
Sin embargo, en Guayas y Manabí, primera y tercera fuerzas poblacionales, la posición de sus líderes es más bien ambigua. Sus prefectos han dicho que votarán sí y no en varias preguntas, por lo que no se avecina un escenario de confrontación con el Gobierno.
Los gobernadores, que son nombrados por el Régimen, tienen la misión de hacer campaña en favor del plebiscito.