Un sánduche de chancho acompañado de una gaseosa es el ‘piqueo’ predilecto por el electorado guayaquileño. En las afueras de los recintos electorales, el paisaje incluye parasoles descoloridos, efusivos voceadores y gente en búsqueda de información.
Andrés Mera, quien votó al medio día en la escuela fiscal República de Francia, no desaprovechó la oportunidad de hacerse de un ‘sanduchito’ antes de regresar a su domicilio. “ya es una costumbre en todas las votaciones comerme uno de chancho”, indicó.
Junto al puesto de Julio Gómez, quien despacho a este comensal, se ubica la mesa de Fernando Carriel, un plastificador que cobra USD 0,25 por cubrir con mica los certificados de votación de los electores en este recinto.
La primera votación en la que trabajó de está manera, explica Carriel, cobraba cinco sucres y fue en 1983, cuando León Febres Cordero terció por la Presidencia de la República