Solo pasaron siete días desde la visita al Ecuador de Alexandr Lukashenko, presidente de Bielorrusia, para que su Gobierno sumara el apoyo de Rafael Correa en el seno de las Naciones Unidas.
El jueves pasado, Ecuador fue uno de los cinco países que se opusieron a que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU con sede en Ginebra (Suiza), envíe a esa ex República soviética un investigador especial para que constatara las denuncias de represión y tortura que, sufrirían opositores al Régimen.
Junto a Rusia, India, China y Cuba, la delegación ecuatoriana se sumó al criterio, mantenido por Moscú, de que con este documento de resolución “subjetivo” (apoyado por 22 países) se pone al Gobierno de Bielorrusia “bajo presión en lugar de instarlo al diálogo”. Otros 20 países prefirieron abstenerse. El Consejo de DD.HH. tiene 47 sillas.
La preocupación de la ONU surgió luego del reporte elaborado por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los DD.HH., Navanethem Pillay, quien alertó sobre los aparentes excesos y la violación de los derechos humanos, que incluye la prohibición a la libre asociación, así como procesos judiciales en materia de libertad de expresión. También hay reportes de tortura y abusos en las cárceles.
Frente a estas acusaciones, el gobierno de Lukashenko dijo que su interés no es colaborar con la misión dispuesta desde Ginebra. El Presidente de ese país estuvo la semana pasada en Quito, para firmar seis convenios bilaterales en materia de defensa, ciencia, tecnología, asuntos consulares, comercio e inversiones.
Las críticas por los supuestos excesos cometidos por el Régimen de ese país, en materia de DD.HH., pasaron inadvertidas durante la visita oficial de su Presidente a Quito, quien se reunió con el presidente Correa y con el canciller Patiño, el jueves 28.
Precisamente, el Mandatario ecuatoriano -en su último enlace sabatino- dijo que la visita de Lukashenko fue bien aceptada.
“Ecuador antes no existía en el mapa, ahora tenemos una gran cantidad de solicitudes de visitas” de países extranjeros.
En la cita de los dos mandatarios no trascendió, de manera oficial, ningún acuerdo diplomático que pretendiera frenar la intención de la ONU en Ginebra por ampliar el espectro de investigación en ese país, que fue parte de la Unión Soviética hasta 1991.
Sin embargo, Lukashenko no solo viajó a Ecuador la semana pasada. Su gira por América Latina incluyó Caracas y La Habana, gobiernos que son parte de la Alba.
Precisamente, fue Cuba el otro país que también votó en contra de la resolución de Ginebra.
Para el analista político Jorge León, el cambio que muestra Ecuador es preocupante. “Históricamente defendimos como país los DD.HH., así como lo hicimos, y con fuerza, con la tesis de integridad territorial ante todo foro mundial”. Para León, el mensaje es: yo defiendo a mi amigo sin importar cualquier denuncia. “¿Estamos volviendo a la guerra fría entre bloques?”. Insiste en que Ecuador apoya a Bielorrusia porque ambos están en la crítica por sus políticas de DD.HH.
El polémico Presidente ha gobernado Bielorrusia por 18 años. La oposición en su país lo considera “el último dictador de Europa”. Hace poco, según los reportes periodísticos, Lukashenko reprimió severamente manifestaciones políticas en su contra. Además está acusado de haber ordenado el arresto de 700 personas, incluyendo a siete candidatos durante una protesta por supuesto fraude. La represión en contra de los protestantes desató una ola de condenas de Occidente.
El mandatario de ese país mantiene roces diplomáticos muy fuertes con la Unión Europea.