El proceso de recolección de firmas del colectivo Yasunidos, para impulsar una consulta popular que detenga la explotación petrolera en ese parque, entró a su etapa final.
En los próximos 15 días concluirá el plazo que el Consejo Nacional Electoral (CNE) dispuso para la recolección de las casi 600 000 rúbricas de apoyo. Por esta razón, Yasunidos decidió dar a este tramo final un carácter simbólico. Ayer, en el atrio de la Catedral (Plaza Grande, centro de Quito) se realizó una ceremonia ecuménica para bendecir a los brigadistas y a las firmas que se han recolectado.
El acto incluyó una misa católica, por parte del padre Antonio Martínez, vinculado a la fe de monseñor Leonidas Proaño; un culto Hare Krishna; y un ritual indígena.
Varias mujeres de las comunidades de Imbabura, vinculadas a la Ecuarunari hicieron “una limpia” a los integrantes del colectivo, mientras que el padre Antonio bendijo los formularios para la recolección de las firmas. Según Patricio Chávez, vocero de Yasunidos, la ceremonia fue un símbolo de fe, vida y democracia.
Este grupo denunció el miércoles ante el CNE un supuesto boicot a su recolección, por lo que el ritual de ayer buscaba, fortalecer sus operativos.
En estos 15 días, también se pretende dar una explicación técnica de toda el área que, a su criterio, se afectaría con la explotación petrolera. Esto como respuesta a los reparos del presidente Rafael Correa, sobre el error de impresión de los formulario de Yasunidos, que circularon por la prensa. El Gobierno dice que solo se afectará el uno por mil del parque.
Al otro extremo de la Plaza, a las puertas del Palacio de Gobierno, se montó una carpa con parlantes y música para defender la explotación que propone el Gobierno. Simpatizantes de Alianza País estuvieron ahí.
Aunque Chávez, vocero de Yasunidos,denunció un “intento de provocación por parte de la gente del Gobierno”, las dos concentraciones que se realizaron en la Plaza Grande se desarrollaron en calma.
Recolección en Guayaquil
La plaza Vicente Rocafuerte, en pleno centro regenerado de Guayaquil, se dividió en dos bandos de recolectores de firmas: quienes apoyan la explotación petrolera del Yasuní y quienes se oponen.
Desde temprano, al menos unos 50 voluntarios del colectivo Amazonía Vive, llegaron equipados con camisetas blancas marcadas con la frase ‘Yasuní sí. Firma por el desarrollo’. “¡Firme compañero por la explotación del petróleo!”, gritaban al paso.
En una esquina, sola, Rosa Gallardo se paseaba con formularios en blanco y una camisa negra con la leyenda ‘Yasunidos, por la consulta‘. Estaba concentrada explicándole a un joven por qué no permitir la extracción de crudo de la reserva Yasuní.
Pero sus contrincantes le arrancharon una firma. “¡Esa es la negativa. No, esa no vale!”, gritaban. Aturdido, el joven tachó toda la información que ya había registrado y se apartó del lugar. Gallardo también se retiró de la zona.
En este punto de Guayaquil, los directivos de Amazonía Vive, que apoyan la propuesta de explotación petrolera del presidente Rafael Correa, informaron que solo en Guayaquil ya reunieron 30 000 firmas. “En el país ya tenemos unas 300 000 firmas recolectadas. Calculamos que podemos llegar a las 500 000 firmas en esta semana para entregarlas al Consejo Nacional Electoral para su revisión”, explicó Fernando Mosquera, coordinador del grupo.
Gladys Carrasco es comerciante. Pero por estos días dedica un tiempo a recoger firmas para sacar petróleo del Yasuní. “Mientras aquí estamos entretenidos, por debajo Perú se está llevando el petróleo. Por eso hay que explotarlo rápido”.
Ese es parte de su argumento para persuadir a los caminantes de este y otros puntos de recolección de rúbricas de Amazonía Vive en Guayaquil, como la Terminal Terrestre y Bastión Popular.
Mosquera además detalló que conformarán una veeduría para controlar los mecanismos de explotación. “Velaremos para que no se afecte con contaminación a ningún río ni ninguna parte de los poblados amazónicos”, recalcó.
Esta iniciativa cuenta con el apoyo de 29 alcaldes amazónicos cercanos al Gobierno.