Las declaraciones del vicecanciller Kintto Lucas sobre el escándalo de Wikileaks se convirtieron en una bola de nieve.
El domingo pasado ese portal electrónico reveló alrededor de 251 000 comunicaciones secretas entre el Departamento de Estado y las embajadas de Estados Unidos en el mundo. Esto se sumó a los miles de documentos reservados que Wikileaks había difundido anteriormente sobre las guerras en Iraq y Afganistán.
Lucas fue uno de los primeros en reaccionar sobre el tema. Aún sin conocer el contenido de los más de 1400 cables que salieron de la Embajada estadounidense en Quito, invitó al fundador de Wikileaks, Julian Assange, a que viniera al país para que revelara la información sobre Ecuador. Además, le ofreció la residencia “sin ningún tipo de problema ni condición”. “Creemos que personas como estas, que están constantemente investigando y tratando de sacar a la luz estos lados oscuros de la información, son fundamentales para entender que sí es posible otro tipo de investigación periodística”.
Esta información fue recogida por varias de las agencias informativas del mundo y los principales periódicos difundieron la oferta ecuatoriana.
La Cancillería como institución, lejos de analizar la pertinencia de estas palabras, tuvo un manejo confuso y accidentado.
Por un lado redactó un boletín oficial tratando de matizar lo dicho por Lucas. La invitación del Palacio de Najas a Assange se limitaba a que explicara el contenido de los cables sobre Ecuador que, hasta ese momento, no se habían difundido. Y sobre la polémica oferta de residencia, el comunicado señaló que esta sería posible si se cumplen todos los requisitos legales establecidos.
El boletín no atenuó las críticas que se habían levantado desde sectores políticos y diplomáticos. Esto porque otro funcionario de este Ministerio, Rafael Quintero, y el canciller Ricardo Patiño ya habían dado sus puntos de vista personal sobre el escándalo de los Wikileaks, mostrando coherencia con lo expresado por Lucas. Incluso, según lo recogió la versión digital de El Telégrafo, el 30 de noviembre,“Patiño no descartó ofrecer asilo temporal al creador de Wikileaks…”.
El presidente de la Asamblea, Fernando Cordero, también se refirió al caso. También sugirió que una eventual invitación a Assange se daría como parte de la política nacional de libre movilidad y transparencia. Si “la política no es transparente y si se fundamenta en seudoacuerdos internacionales de que ‘cállate que yo también me callo’, Ecuador no está en esa línea”, señaló.
Hasta allí, todo indica que las declaraciones de Lucas, palabras más, palabras menos, eran el sentir del Gobierno Nacional.
Pero el martes en la noche el presidente Rafael Correa cambió el libreto al desautorizar a Lucas.
“Al director de Wikileaks no se le ha hecho ninguna propuesta formal. La declaración de Kintto Lucas fue a título personal, pues no ha recibido la autorización del Canciller ni del Presidente”, dijo. Correa también cuestionó la forma en la que Wikileaks obtuvo y difundió información clasificada y reservada de EE.UU.
Aunque el desmentido fue dirigido exclusivamente al Vicecanciller, las declaraciones de Quintero, Patiño y Cordero también se quedaron sin piso.
Las reacciones internacionales no cesaron y en la política doméstica se dijo que Lucas se precipitó con una declaración innecesaria que, por las debilidades institucionales de la diplomacia ecuatoriana, causaron eco en otros altos funcionarios del Régimen.
Lucas no estuvo en Quito durante el revuelo que desató su declaración. El lunes, a pocas horas de la entrevista con Ecuadorinmediato, viajó a Cuba para participar en La Vigilia por la Democracia. Es la iniciativa del Gobierno para insistir, en el exterior, en que la revuelta policial del 30-S fue una intentona golpista.
El miércoles la Cancillería ya no volvió a tratar el tema. Las únicas reacciones nuevas fueron las de ayer de Correa en Buenos Aires.
Tras comentar los primeros correos alusivos a su gobierno, en el sentido de que se había pedido a los Kirchner “influir en el comportamiento de Correa”, el Presidente concluyó que EE.UU. golpeó la confianza”.
Quién es
Kintto Lucas es vicecanciller del Ecuador. Es un periodista uruguayo de izquierda, que llegó al país hace cerca de 20 años.
Qué hizo
Ofreció la residencia al fundador de Wikileaks, Julián Assange. Su declaración generó reacciones internacionales en contra.
Qué dijo
“Ecuador está abierto a darle la residencia en el país, sin ningún tipo de problema ni condición. (…) Sería importante escucharle”.