El juez VIII de Garantías Penales de la Corte del Guayas aceptó esta mañana la acción de amparo interpuesta por grupos autodenominados de izquierda en Guayaquil contra la colocación de un busto del ex presidente León Febres Cordero. El juez Manuel Prieto aceptó la acción en la continuación de la audiencia que se suspendió el miércoles pasado debido a agresiones.
La audiencia se realizó en una sala adecuada en el ex cuartel Modelo de la Policía, conocido ahora como Unidad de Vigilancia Comunitaria, en el norte de la urbe.
La diligencia fue privada y breve, no hubo acceso a la prensa, la que debió conformarse con esperar en los corredores. El magistrado deberá notificar a las partes la providencia.
Un fuerte resguardo policial, con elementos antimotines, cercó los exteriores del edificio, durante la audiencia. A esta no acudieron los representantes del Municipio de Guayaquil.
“Lo normal era que la policía se trasladara a la justicia, no la justicia tras las rejas y la llave la tiene solamente el Gobierno”, dijo la asambleísta por Madera de Guerrero, Cynthia Viteri.
La legisladora explicó que no caerán en indefensión al no asistir, porque ya el síndico del Municipio expuso los argumentos contra la acción de protección el miércoles pasado.
Ese día, la audiencia fue suspendida luego de que simpatizantes del Municipio agredieron a miembros de Diabluma y acorralaron al director regional del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, Esteban Delgado, y el abogado de Diabluma. Esta agrupación de izquierda fue quien interpuso la acción de protección.
Con ese recurso buscan que la estatua de 5 metros no pueda entrar al país. Actualmente viaja desde España, donde fue esculpida.
Viteri sostuvo que “lo que se va ha hacer es algo que ya está escrito. Nosotros no nos vamos a prestar para esa farsa que la justicia ahora se la dé desde la cárcel, donde deberían estar ciertos jueces”. Agregó que luego de conocido el fallo, el alcalde Jaime Nebot emitirá un pronunciamiento.
Tras la audiencia, en rueda de presa el gobernador Roberto Cuero llamó cobarde al Alcalde “porque sabían que acá no podían venir con sus garroteros”.