Jorge Ortiz estacionó su BMW rojo en el parqueadero que está al frente de Teleamazonas, en la calle Diguja, en el norte de Quito. Eran las 06:39 de ayer.
Salió presuroso del estacionamiento; al ritmo con el que normalmente camina.Minutos antes de su llegada, Janet Hinostroza había ingresado al canal. Mientras alistaba el programa de entrevistas de la mañana que conduce desde el 28 de julio, Ortiz se preparaba para anunciar su salida de Teleamazonas. Sobre su renuncia se especuló desde el día en que pidió vacaciones.
Ortiz entró al canal con unas hojas en sus manos. Era el texto de su despedida que debía leerlo en el teleprónter. Un guardia de Tevcol le abrió la puerta y lo saludó. “Bienvenido, licenciado”.
Ortiz le respondió con un apretón de manos y avanzó hacia la sala de redacción. Estaba vacía; solo la reportera Verónica Salvador estaba en su escritorio. Ortiz ocupó la oficina del fondo donde abrió una portátil para retocar el mensaje que había escrito la víspera.
Una bufanda blanca, larga y de lana, desentonaba con su traje oscuro y con la corbata morada de tono intenso. Debajo de su chaqueta llevaba un saco claro para protegerse del frío.
La lentitud de la computadora comenzó a inquietarlo. Releía su mensaje. Viraba las páginas de papel para entender sus propias acotaciones. Fernanda Zavala se acercó a su escritorio y cruzaron un par de instrucciones. El texto, con los nuevos ajustes, ya estaba en el sistema de teleprónter.
A las 06:54, Ortiz fue a su oficina del segundo piso. Dejó la bufanda y el saco de lana. Se acomodó la pinta y sacó de sus bolsillos su pluma plateada. “Tengo que tener algo en las manos”.
Antes de entrar al set, Verónica Ibarra, también periodista, le dio un abrazo . “Suerte, que le vamos a extrañar”, le dijo . “Ya bajo para despedirme”, respondió él.
Cuando ingresó a la sala de grabación, Ortiz explicó que el nombre ‘La Mañana 24 horas’ no fue el único cambio en el programa. “Adecuaron la mesa de trabajo y la posición de las cámaras para darle otro fondo al set”.
Hinostroza, que estaba en el aire, se extendió en la entrevista al analista petrolero René Ortiz. Dio tiempo suficiente para que la maquillista polveara su rostro.
“Dejas unos días de hablar frente a la cámara y regresa el pánico escénico. Me siento nervioso”, comentó antes de que Liz Valarezo, desde Guayaquil, leyera los titulares de la prensa, a las 07:11.
Ortiz se puso de pie ante la cámara. Mediante un juego de cámaras, Hinostroza le dio paso y el periodista anunció su despedida.
“Me voy por decisión propia”. Explicó que como Teleamazonas debe ser vendido, por mandato constitucional, pues su dueño no puede ser un banquero, sentía que su presencia “pudiera ser un obstáculo”. Y que el Gobierno, que controla el espacio radioeléctrico, no autorice su venta.
“¿Cuándo me reencontraré con ustedes? Supongo que cuando los ecuatorianos volvamos a vivir en democracia”.
Ortiz, que ha estado acostumbrado a que las cadenas nacionales interrumpan su programa, esta vez tuvo que llamar a comerciales antes de terminar con su renuncia “sin estridencias ni cálculo político”. Un error en el manejo del teleprónter aceleró el paso de los textos en la pantalla; el periodista perdió la concentración y se puso de mal humor.
Andrés Dillon, uno de los camarógrafos, le pidió que se tranquilizara. Con él se despidió casi al final. Con sonoras palmadas de afecto, este muchacho le reconoció su firmeza como periodista.
> La despedida de Jorge Ortiz fue transmitida y comentada por Twitter