En la Reina Victoria y La Niña, en Mindalae (Mercader), un museo etnográfico, en donde también se venden artesanías, Alberto Acosta se encerró con sus coidearios de la Coordinadora por la Unidad de las Izquierdas. “Adentro se vive un velorio alegre”. Así describió el ambiente, en que este grupo recibe y analiza los resultados de las elecciones 2013, alguien que conoce a Acosta y que accedió a la sala a la que la prensa no pudo pasar.
Silvana González, encargada de prensa de Acosta, dio la noticia a los periodistas. Ningún medio tenía autorización para ingresar a la sala, a excepción que un editor de una revista, al que describió como amigo personal de Alberto. Y más tarde, Ana María Varea, su compañera en unión libre desde hace 28 años, también custodió la puerta, para que la prensa no se filtre.
En el lugar se bebió café y gaseosas y se comió empanadas de verde, papitas fritas, tostado y chochos…
En la sala desfilaron Julio César Trujillo, jurista vinculado con la izquierda. El al despedirse a las 18:30 aseguró que estaba en Mindalae como amigo personal de Acosta y porque encarna ideales. “No en el discurso”, aclaró sino “en la vida real”. No quiso conversar sobre el futuro de la Coordinadora, dijo que la unidad estaba en construcción.
Tampoco habló sobre los resultados. La candidata a asambleísta del MPD, Natasha Rojas, tampoco quiso decir mucho. Repitió qué el vocero era Acosta. Rojas vestía un abrigo tres cuartos negro y zapatos rojos. Negó la idea de que la izquierda viva un velorio.
Luis Villacís, principal del MPD, caminaba fuera de la sala. Insistía en que no se podía confiar en los resultados del éxit poll. Humberto Cholango, presidente de la Conaie, no dejó el sitio.
En la sala estaban Pablo Ospina, profesor de la U. Andina. También Alex Remache y su esposa, la asambleísta Diana Atamaint. Todos compartiendo espacios con ex líderes de la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador, manejada por el FRIU. Entre ellos Geovanny Atarihuana, hoy dirigente del MPD. También estaba Marco Cadena, abogado de Marcelo Rivera, acusado de terrorismo por la destrucción en la U. Central.
A las 18:52, Acosta salió del salón en el que se mantuvo informado a través de una pantalla gigante y llamadas telefónicas. Apurado ingresó a una oficina más pequeña con Juan Cuvi y Decio Machado, sus amigos de Montecristi Vive. También estaban Gustavo Larrea, de Participación; Villacís, Atarihuana y Rojas, del MPD. La reunión previa para enfrentar a la prensa.
En los pasillos, muchos siguen diciendo que hay que recordar lo que pasó con las cifras de la consulta popular de mayo del 2011. Otros decían que había que verle la cara al presidente Rafael Correa, que no parecía la de un triunfador.