Al gobierno venezolano de Hugo Chávez le tomó más de ocho años lograr que el Ecuador sea un aliado estratégico en la región.
Luego de enfrentar negativas y hasta uno que otro desaire de cuatro gobiernos ecuatorianos, el líder bolivariano encontró en el presidente Rafael Correa un interlocutor de su proyecto político.
Jamil Mahuad y Gustavo Noboa fueron los primeros gobernantes en tener contacto con Chávez, quien está en el Palacio de Miraflores desde febrero de 1999.
Los líos internos que acosaron a Mahuad y la necesidad de Chávez de afianzarse tras el intento de golpe del 2002, fueron factores que impidieron una relación política bilateral más fluida.
Con el coronel Lucio Gutiérrez (2003-2005) la cercanía de Chávez también fue mínima. El ex Presidente confirma que evitaba a Chávez en citas regionales. “Algunas veces le dije que estaba equivocado, que su sistema solo empobrecería más a los pobres”, recuerda el ex Presidente.
Pero los desplantes más duros al líder venezolano se dieron en la primera parte de la gestión de Alfredo Palacio. Su secretario de la Administración, Luis Herrería, no dudó en denunciar que Chávez quería importar su “proyecto diabólico”. “Fui el único que tuvo la valentía de denunciarlo. Él buscaba acercarse para buscar alguien que replique su modelo: llegar al poder, captar todas las funciones del Estado y luego perpetuarse”, dice el ex funcionario.
Pese a esa crítica, Chávez sí logró hacer buenas migas con Correa, quien dirigía el Ministerio de Economía. Esa ‘química’ política y personal aumentó en intensidad, cuando el líder de Alianza País llegó al poder en 2007.
Desde entonces, la influencia del gobernante venezolano ha sido notoria. En los más de 5 años de gestión de Correa, el sello político venezolano ha sido evidente.
“Hay algunos elementos que son distinguibles y cuyo origen se da en el proceso venezolano y con posterioridad han sido replicados en Ecuador”, señala Decio Machado, ex jefe de la Unidad de Análisis Político de Carondelet.
Sus palabras se refieren a la retórica de enfrentamiento con sectores empresariales, un aparato de propaganda estatal que escenifica un país “inexistente”, así como una fuerte inversión social. “Debido al precio del petróleo han manejado presupuestos muy superiores a los gobiernos anteriores, que carece de proporcionalidad respecto a sus resultados”.
Aunque el Gobierno niega que replique el modelo venezolano, voceros de partidos opositores como el ex legislador Freddy Bravo (Prian) consideran que sigue el mismo libreto que usó Chávez.
Ambos gobernantes instalaron constituyentes que diseñaron un fuerte presidencialismo, usan la misma etiqueta para las instituciones (Asamblea o Consejo Electoral), invocan a personajes históricos (Eloy Alfaro y Bolívar).
Esta cercanía política ha terminado con el ingreso de Ecuador a bloques como la Alternativa Bolivariana para las Américas , con un membrete anti EE.UU. Desde esos foros, ambos países critican el Sistema Interamericano de DD.HH., cuyas instancias han llamado la atención a ambos gobiernos por su comportamiento en esa materia de libre expresión.
De ahí que voces como la de Gustavo Noboa critiquen que Ecuador integre ese tipo de foros.
Sin embargo, desde el Gobierno, cuadros como Fander Falconí indican que el país tiene su propio sello. Y que más allá de si en las elecciones del domingo Chávez es ratificado o no en su cargo, el Régimen seguirá. Aunque el canciller Ricardo Patiño ya dijo que espera que en Venezuela siga su rumbo “bolivariano”.
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Las exportaciones de vehículos nacionales
El año pasado, durante la IX reunión de presidentes de Ecuador y Venezuela, el Mandatario venezolano se comprometió a la apertura de licencias para importar 14 000 autos desde Ecuador. En julio del presente año se enviaron 2 955 vehículos de las marcas Kia, Mazda y Hyundai. En abril se enviaron 1 555 a Puerto Cabello.
La Refinería del Pacífico
En el 2008 los presidentes Rafael Correa y Hugo Chávez, de Ecuador y Venezuela, respectivamente, colocaron la primera piedra en el sitio. Todavía no hay financiamiento para la construcción de la misma. A Odebrecht, firma brasileña, se le adjudicaron los trabajos de preparación del nuevo complejo.