Las huellas del operativo militar que rescató al presidente Rafael Correa aún permanecen en el Hospital de la Policía. La mayoría no se distingue a simple vista y se necesita de la ayuda de los testigos y de especialistas para comprobar que todavía se mantienen.
Carlos Echeverría sabía reconocer dónde se encontraban los orificios en las paredes, en los techos, muebles y ventanas que fueron afectados durante la balacera del 30 de septiembre. Él es uno de los peritos, posesionado por la Fiscalía, que investiga los hechos ocurridos en la sublevación.El fiscal Jorge Cano había pedido su participación para avalar la reconstrucción de la Operación Rescate, como así la llamaron las FF.AA., y que tenía la misión de sacar al Jefe de Estado del Hospital.
El 30 de septiembre, Correa permaneció en el tercer piso del hospital por casi 12 horas. Desde las 10:00 hasta pasadas las 21:00. Él fue atendido de urgencia luego de que fue atacado con gases lacrimógenos por parte de los policías sublevados en el Regimiento Quito, un cuartel que está junto al centro de salud de los policías.
El fiscal está encargado de indagar la rebelión de los gendarmes. Su trabajo es complicado, pues se calcula que unos 600 policías estuvieron en el Regimiento Quito. De ellos, 35 son imputados por algún grado de participación.
Patricio Armijos, abogado de los acusados, estuvo en la reconstrucción y siguió de cerca al perito Echeverría y al fiscal Cano.
Él aseguraba que la diligencia es relevante, porque se debía comprobar quién dio la orden para que se ejecutara el operativo militar. “El Derecho Penal Internacional prohíbe cualquier acción armada en una casa de salud. Se han violentado los DD.HH.”. En esa operación fallecieron dos militares y un policía. Unos 40 uniformados resultaron con heridos por arma de fuego.
Para el abogado la acusación en contra de los policías tiene una fuerte carga política, antes que judicial. Ese criterio fue respaldado por Stalin Rivas, quien es el defensor del ex director del Hospital coronel César Carrión.
Rivas no participó en la diligencia, pero fue hasta el hospital para ratificar la inocencia de su cliente. Carrión también se encuentra detenido porque supuestamente atentó contra la vida del presidente Correa, al no permitirle el ingreso al hospital.
Rivas aseguró que la acusación contra Carrión es una represalia política por las declaraciones que el oficial dio a la cadena CNN, en la cual dijo que el Mandatario no estuvo secuestrado en el hospital y que su vida no corrió peligro.
Determinar si existen los elementos científicos para comprobar cualquiera de las dos hipótesis será responsabilidad del perito Echeverría. “La Criminalística es una ciencia, no se puede especular”, sostuvo el especialista.
El perito tomaba fotos de cada instalación donde había algún rastro de la balacera entre los policías y los grupos élite del Ejército, como el Grupo Especial de Operaciones (GEO). Recorrió la entrada principal del edificio, el segundo piso. No se encontraron muchos vestigios del combate.
Estuvo en las habitaciones donde permaneció Correa, en el tercer piso. Las ventanas que fueron abaleadas se han cambiado, así como las puertas, pero el perito recordaba dónde había visto las huellas de los tiros. En la terraza también había rastros del enfrentamiento. Todo su trabajo deberá presentarlo al fiscal Cano.