Jorge Zavala Baquerizo vivió una etapa agitada de la historia política ecuatoriana del siglo XX: su enfrentamiento con José María Velasco Ibarra, en 1970.
Este reconocido jurista guayaquileño, quien falleció la noche del viernes a los 92 años por el deterioro de su estado de salud, es el protagonista de una anécdota singular. En las elecciones de 1968, donde presidente y vicepresidente se elegían en casilleros separados, Velasco Ibarra y Zavala triunfaron. Pero los dos pertenecían a corrientes distintas.
El primero iniciaba su quinto mandato, mientras que Zavala, su opositor de corriente liberal, triunfaba en las urnas como vicepresidente. Debían compartir el poder, a pesar de sus profundas diferencias.
El Presidente lo marginó de las reuniones de Gabinete y de la toma de decisiones en general. Pero Zavala, un político de mucho carácter, cuestionaba el accionar del Mandatario.
Ante esta circunstancia política, Velasco Ibarra pronunció una frase que se volvió histórica: “Los vicepresidentes son conspiradores a sueldo”.
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Sin embargo, lejos de conspirar, el Vicepresidente se retiró del Gobierno cuando Velasco Ibarra se declaró Jefe Supremo. Así inició su última aventura dictatorial, hasta 1972.
Él decía que la actividad política era en sí una obligación, por ello estuvo varias veces en el Congreso. Incluso lo presidió por última vez en 1987-88.
El también exvicepresidente León Roldós recuerda que por ese espíritu democrático, Zavala fue varias ocasiones a la cárcel. Ocurrió en 1946 y en la dictadura de 1963. “También atentaron varias veces contra su vida e incluso, en 1970 le quisieron volar la casa”, dice.
Pero más fecunda quizás fue su faceta como jurista. El mismo Roldós lo califica como “el más destacado penalista de la segunda mitad del siglo XX en el Ecuador y uno de los más altos valores de la democracia ecuatoriana”. Sus aportes académicos le significaron cuatro Premios Nacionales al Mérito Científico, entre otras distinciones en Guayaquil.
En 1961 fundó la Universidad Laica Vicente Rocafuerte, de la que fue su primer Rector y además dictó cátedra, durante 40 años, en las universidades de Guayaquil y Católica.
Eran famosas sus clases magistrales en la universidad hasta hace dos años. “Además de su conocimiento, era un hombre puntual. A las 07:00 ya estaba en el aula. Nunca se atrasaba”, recuerda Roldós .
Uno de sus alumnos fue el exdiputado del PRE Víctor Hugo Sicouret Olvera. Él lo califica como un jurista extraordinario. “Aparte de escribir libros de fácil entendimiento, daba clases magistrales y cuando un alumno querido, entre los cuales me contaba yo, quería conversar ya siendo profesional, decía suba a mi oficina y le brindo un cafecito”.
El padre del exlegislador fue, precisamente, el candidato a Vicepresidente de Velasco Ibarra, en la compleja elección presidencial de 1968, y a quien Zavala derrotó en las urnas. Sicouret destaca también su condición de “liberal empedernido toda su vida y fiel a sus principios”.
Ayer se realizó su velatorio, y para esta tarde, a las 17:00, está previsto su sepelio, según lo dieron a conocer dos de sus hijos, Javier y Jorge Zavala Egas, también reconocidos juristas.