El embajador Abelardo Posso señala los problemas que se afrontan por la formación de los nuevos funcionarios y la influencia del factor político en Cancillería.
El año pasado se firmó un convenio para que el IAEN dictara una maestría en Relaciones Internacionales y Diplomacia, que no se ha concretado todavía. ¿Cómo afectó esto a la Academia Diplomática?
Es posible y legítimo que el Ministerio de Relaciones Exteriores le encargue a un organismo de educación, la formación de sus diplomáticos. La Cancillería del Reino Unido, por ejemplo, le pide a la Universidad de Cambridge que prepare a sus funcionarios en temas académicos, pero la práctica la dicta la Academia Diplomática. En nuestro caso, el IAEN solo debía encargarse de la maestría y la Academia de todo lo demás, pero no ha sido así. Y la Academia Diplomática ha perdido fuerza.
¿Por qué cree que ha perdido fuerza?
El primer paso fue la resolución del Tribunal Constitucional (TC), de abril del 2007. En esa decisión se estableció que era inconstitucional el requisito de cursar la Academia Diplomática para ser diplomático. Es lo mismo que digan que a un bombero no hay que enseñarle a usar el camión cisterna, la escalera’ Es una persona que debe ser especializada. Las universidades no pueden enseñarle a una persona a cumplir un cargo específico del Estado. Pero ahora se está limitando la especialización, a pesar de que la Ley Orgánica del Servicio Exterior reconoce su funcionamiento y la señala como requisito de ingreso.
¿Cree que la decisión del ex Tribunal Constitucional y la de ahora del Instituto de Altos Estudios están minando al Servicio Exterior?
No creo que haya sido el deseo implícito causar un daño al Servicio Exterior ecuatoriano, porque sería irresponsable que un país tan pequeño pueda darse el lujo de improvisar a sus funcionarios. Y no creo que se quiera hacer pedazos a las organizaciones constituidas del país. Creo que fue un trabajo que se hizo sin recapacitar en cuanto a los resultados que iban a tener estas cuestiones politiqueras, que se hicieron utilizando como pretexto al Gobierno nuevo.
¿Por qué se lo utiliza?
Se lo utilizó para proyectar una especie de ansiedades ocultas que tenían ciertas personas que creían que sabían de diplomacia porque fueron profesores de un instituto superior de Derecho Internacional. Dijeron: ‘yo fui profesor, ¿por qué no puedo ser ministro o embajador del Servicio Exterior? Se denota una confusión entre lo que es una profesión liberal y lo que es la diplomacia como un servicio público especializado del Estado.
¿En otros países del mundo cómo funciona la Academia Diplomática?
En el 80% de los países que tienen una diplomacia seria, como la francesa, la belga, la china, etc. La Academia depende de la Cancillería, porque eso constituye una fortaleza. Es un paso en la profesionalización y aquí en cambio hay un retroceso. Se volvió 30 años atrás. Siempre fue una aspiración de un país como el nuestro, el tener una institución que capacite a sus funcionarios. Pero eso ha ido desapareciendo con el tiempo.
Ahora la Academia Diplomática está bajo la Dirección Administrativa-Financiera. ¿Esta modificación puede haber contribuido al evidente malestar de los funcionarios de carrera?
La Academia sigue siendo una parte fundamental del sistema orgánico de la Cancillería. Eventualmente se nombrará a alguien que tenga el rango de embajador para dirigirla. La situación se complicaría si nombraran a alguien de cuota política. Eso constituiría un motivo para que la gente se sintiera perjudicada, porque los cargos fundamentales normalmente recaían en funcionarios de carrera. Eso daba la garantía de que el Servicio Exterior iba a ser más eficiente. El cargo político de Ministro puede cambiar, pero las personas que le asesoran debían ser funcionarios de la carrera. Pero las cosas no se han manejado así, Creo que si la Academia, que fue un bastión del Servicio Exterior, llegara a caer en manos políticas sí se afectaría a la Cancillería.
HOJA DE VIDA: Abelardo Posso
Fue Director de la Academia Diplomática entre el 2004 y 2008, antes de que se firmara el acuerdo entre la Cancillería y el Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN) para la formación de los nuevos diplomáticos.
También fue Director Jurídico del Ministerio de Relaciones Exteriores. Actualmente está retirado de la carrera diplomática.