Francisco Huerta Montalvo cree que los partidos reemplazaron las ideologías por marketing. Cuestiona que las agrupaciones compren afiliados.
Hoja de vida
Francisco Huerta Montalvo
Fue delegado del Consejo Nacional de Universidades y Escuelas Politécnicas por la Comisión de Angostura. Es cirujano, graduado en la Universidad de Guayaquil.
Es máster en Derecho Constitucional. Ex ministro de Gobierno y Salud. Alcalde de Guayaquil en 1970. Articulista de Expreso y catedrático universitario.
El discurso del Gobierno era desaparecer la partidocracia porque era culpable de todos los males del país, ¿se extinguió o se mantiene?
La estrategia es la generalización en la que todos estemos de acuerdo, pero después habrá unos caminos escabrosos por llevarla adelante. Por ejemplo, todo el mundo acepta que las embajadas son inviolables, pero la discrepancia comienza en darle o no asilo a alguien que está perseguido por delitos sexuales. Los organismos han respaldado la inviolabilidad de las embajadas, no todo el procedimiento.
¿Una estrategia para ir legitimando actuaciones?
Partimos de analizar las cosas como si viviéramos en una democracia, por el origen del Gobierno que sí es democrático mediante elección popular, pero en la práctica estamos en una dictadura. Democracia es cuando hay división de poderes y no la tenemos.
¿Quién es el responsable?
La estrategia la diseña el Ejecutivo, y decir el Presidente es llamarlo de manera más específica. Pero somos culpables todos por tolerarlo. Los que tendrían la responsabilidad de mantener la independencia de las otras funciones, se subordinan.
¿A quiénes se refiere?
El presidente de la Asamblea ¿dónde está la fiscalización? Aquí hay denuncias en los medios, incluso ahora en los oficiales ¿dónde están los sancionados? ¿Qué se ha hecho sobre Petroecuador? Lo del Seguro, que cuando no tienen camas los mandan a la clínica, dando lugar a una corrupción.
¿Por qué se dejan controlar por el Ejecutivo?
Porque son mayoría oficial y perdieron el sentido de cuál es su papel con la República. Todo el mundo estaba de acuerdo con que los partidos eran un desastre. Nos encargamos de crear el término ‘partidocracia’ y comenzamos a liquidar todo; y con gran esperanza el país quiso superar eso a partir de un movimiento nuevo. Pero este comenzó a pelearse con las áreas discrepantes de su sector y con una clara vocación totalitaria ahora tiene control de todo.
¿Qué estructura de país se está articulando?
Un país donde el jefe del Ejecutivo dura todo el tiempo porque cree que hace falta a nombre de la consolidación de un proyecto. Chávez en Venezuela, los partidos estaban podridos también y se cambió la Constitución. Esto se convierte en Latinoamérica en una franquicia. Con ese mecanismo se siguen haciendo las cosas.
¿O sea que se reproducen?
Elección popular, pero después Asamblea Constituyente para reformar la Constitución, luego otro periodo. No sé cómo son tan audaces los que quedan de los partidos de querer jugar con las reglas que está poniendo el Gobierno al proceso electoral.
¿No deberían jugar con esas reglas?
Sí deberían porque parte de la tragedia es lo que planteó la oposición en Venezuela, se abstuvo y Chávez hizo lo que quiso. Aquí no se trata de abstenerse pero tampoco deben dejar que haga lo que le da la gana, ¿qué tienen de rabo de paja algunos partidos, que no se atreven a reclamar estas condiciones manipuladoras del CNE?
Ese rabo de paja lleva décadas con los partidos.
Ese es el truco otra vez, el tema en el que estamos de acuerdo que hay que cambiar esas cuestiones, pero no para instaurar un régimen de partido único.
¿Entonces fue una trampa democrática la campaña de Rafael Correa en el 2006?
Fue un aprovechamiento de los vicios que tenía el sistema. Yo también planteé en mi tiempo la necesidad de una nueva República, este era el lema del Partido Radical Demócrata. El cambio tiene que ser para mejorar y no para apoderarse del país.
¿Los partidos se han acomodado a la estructura que impuso el Gobierno?
Conste que la palabra acomodado la dijo usted. Coincido. Pero la cosa se pone más grande cuando los partidos no son el resultado del esfuerzo aparente de recoger firmas, sino la posibilidad de adquirir una base de datos.
La Constitución del 2008 planteó un nuevo sistema de partidos, ¿qué hay ahora?
El régimen de partidos incluido el financiamiento electoral no dio el resultado. Se hizo pedazos la estructura de los tribunales y se constituyó un Consejo Nacional Electoral. Pero pasamos de una mayoría de miembros de partidos políticos, que generalmente se ponían de acuerdo, a un solo partido gobernando todo, porque allí no hay representación que no sea del Gobierno.
¿Los próximos comicios pueden ser una oportunidad para la democracia?
Debería, pero es ingenuo meterse a jugar un partido que está ganado por el contendor, que ya se está mostrando nervioso y comienza a dar pasos especiales.
¿Cuáles?
Su almuerzo con los empresarios, me parece muy bien que lo haga, pero por qué lo hace ahora.
¿Estrategia política?
Es una manipulación. Y le confieso que reconozco una gran habilidad, todo esto de Assange ha sido un montaje muy bien pulido. Desgraciadamente dejó ver las orejas de lobo con la invitación a título personal de Kintto Lucas.
¿Resultó al Gobierno mostrarse como defensor de la libertad de expresión?
Para mucha gente sí. También digo qué bien que defendamos, pero en todas las circunstancias no ocurre. No lo han visto romper periódicos ante la pantalla.
¿Cuándo comenzaron los signos de la ausencia de democracia que usted dice?
Comenzaron con los manteles, ahí se acabó la posibilidad de respeto con todas las críticas que se puede hacer a esos legisladores, fue un golpe dictatorial.
Pero en esa época tuvo el respaldo de los que ahora cuestionan al Presidente.
El país ha perdido los principios. Fíjese que los partidos ya no se llaman liberal, socialista, conservador sino que tienen nombres raros: Madera de Guerrero, Ruptura de los 25, Avanza, Creo.
¿Parte de un marketing?
No reflejan ideologías. El único término que aceptábamos era propaganda, no publicidad. Pero lo que están haciendo ahora es pura publicidad. No hay difusión de ideas, hay venta de productos.
¿Existe una ausencia de doctrina de partidos?
Detrás no hay nada inspirando, son triunfalismos: soy mejor porque gano elecciones. Pero también las acaban de ganar en México y todos hablan de un fraude de comprar votos. Aquí igual se reparten bonos a los pobres y es motivo de orgullo nacional que cada vez hay más gente beneficiada.
Antes los partidos no conocían a sus afiliados y se creaban para época electoral.
Cuando yo armé el Partido Demócrata, en cada sitio que íbamos llevábamos las fichas y declaraciones de principios. Sabíamos quién era, dónde vivía, cómo se llamaba, era un militante y no comprábamos bases de datos.
¿Ya no hay militantes?
Yo no los veo, no hay actos de masas desde hace tiempo.
¿Eso es bueno o malo?
Malo porque creo que la democracia es participación. Simplemente es un acto litúrgico, un ritual donde voto por tener el papelito. Nuestra democracia es muy frágil, endeble y cada vez menos fundamentada en principios. Hay gente que dice que se acabaron las ideologías, no creo eso.
¿Por qué?
Las ideologías no pueden concebirse como de derecha o izquierda. Siempre pongo el ejemplo de la Unión Soviética que tuvo una izquierda en economía pero respecto a las libertades eran de absoluta extrema derecha.
¿Qué pasa en el Gobierno?
Hay una coexistencia visible. El canciller Patiño siempre fue de izquierda, pero Alexis Mera nunca, ¿cómo podía serlo y estar cercano a Febres Cordero ? Ruptura era de centro izquierda; Alberto Acosta, que presidió Montecristi, era de izquierda, con vinculaciones al socialismo democrático alemán. Ramiro González, del IESS, era de la Izquierda Democrática, eso es un social demócrata…
¿Qué confianza se debe tener en estos políticos que auparon al Gobierno y ahora están en la oposición?
Ellos fueron estafados. Inventaron a un señor que no tenía otro antecedente que haber sido Ministro de Finanzas, con doctorado, lo hicieron figura y tiene gran habilidad. Incluso quisiera estar feliz de poder apoyarlo pero no puedo admitir que él no entienda que hay corrupción en su Gobierno y la siga tolerando.
¿El Presidente está solapando eso o él no sabe?
Lo tienen sordo, ciego, mudo, amarrado. Por estar mirando el control de otras cosas ha perdido el de estos temas. Cuando planteé el informe Angostura dije que estábamos en riesgo de convertirnos en una narcodemocracia. El tiempo ha demostrado que no solo era un riesgo sino que éramos. Y ahora digo que somos una narcodictadura porque no tenemos democracia. No digo que el dictador es narcotraficante, pero se están juntando dos situaciones: hay narcotráfico y dictadura. ¿Qué se está haciendo al respecto? Una captura por aquí, otra por allá…
¿La ciudadanía se desmovilizó o qué está pasando?
Creo que la crisis dio lugar a que la gente se dedicara a sobrevivir y que el interés por las cosas de la ciudad se fue degradando por la necesidad de sobrevivencia. El doctor Borja tenía razón cuando dijo que tenemos uno de los peores políticos del mundo.
¿En Ecuador?
Sí, por esta ausencia de lo doctrinario, del trabajo con el afiliado. Hablando de Borja, el esfuerzo que significó hacer la ID, un partido que daba gusto en la organización ¿en qué termina? Hay un fenómeno, en este país hay un solo Presidente de cada partido. El velasquismo topó cinco periodos, concluyó uno, solo con Velasco. Borja en la ID, Mahuad con la DP, luego de Hurtado (este no fue elegido). Es decir, es el liderazgo de uno y el resto ahí se queda.
Y ahora hay un personaje con un movimiento…
Que sigue él y sigue él. ¿Usted concibe Alianza País sin Correa? ¿Cuál sería el número dos? Si para completar el binomio ya están en un problema con la ausencia de Lenín Moreno. Entonces no son movimientos ideológicos.
Hablábamos de agrupaciones nuevas ¿qué futuro le ve a Guillermo Lasso con Creo?
Futuro, es decir, no le veo presente. El mérito está en lo que le pueden criticar: un banquero. Es bueno que un banquero se interese por las cosas del país cuando podría estar feliz disfrutando de su dinero y de viaje con su señora.
¿Ve alguna opción a Lucio Gutiérrez o Álvaro Noboa?
Sociedad Patriótica está intentando hacer partido. Hay visitas a la militancia. Si hubiese unas primarias del centro a la izquierda, estaría ahí, para ver cuál sería el opositor a Correa, estrategia que a mí no me hace ninguna gracia.
¿Por qué?
Sería peligrosísimo. Ya trataron de aplicarnos esa estrategia precisamente en el binomio con (Assad) Bucaram, él para prefecto y yo para alcalde, y barrimos. (risas). Porque el pueblo entiende que por algo otros sectores se oponen a la posibilidad de este señor ¿qué tan de bueno tendrá que quieren evitarlo a toda costa? O ¿qué tanto miedo tienen que se unen aunque son agua y aceite?
¿Genera desconfianza?
Algún rato tenemos que positivizar la política, cuando usted dice ‘se unan en contra’ es que no hemos votado a favor, votamos en contra. Eso indica la pérdida de lo ideológico. Es puro marketing, cómo se peina, qué ropa usa…
¿Qué pone nervioso a Correa frente a los comicios?
No lograr mayoría legislativa y es una estrategia que algunos sectores están propiciando. Podría ser que incluso gane en primera vuelta, pero quiere también la mayoría legislativa. Si hubiese en la Asamblea 10 Pacos Moncayo, cinco Cynthias Viteri, cuatro Romo, 10 Herrería, ocho Leonardos Viteri, las cosas serían de otra manera. Una oposición seria no hay; hay opositores pero no oposición.