La política exterior se acerca más a la Alba

Un doble trajín.   Ricardo Patiño dirige la Cancillería y es dirigente de A. País. En  un mitin   con Tomás Borge, embajador  de Nicaragua, en 2010.

Un doble trajín. Ricardo Patiño dirige la Cancillería y es dirigente de A. País. En un mitin con Tomás Borge, embajador de Nicaragua, en 2010.

Jueves 9 de febrero. Es el día que el canciller Ricardo Patiño escoge para hablar con la prensa sobre temas coyunturales de política exterior.

Viste traje oscuro, camisa de cuello estilo Mao y luce sonriente al cumplir dos años en la Cancillería. Por casi una hora habla de una gama de temas que han puesto al Ecuador en una posición incómoda en el concierto mundial.

Comienza por reiterar la amenaza velada de que los países de la Alternativa Bolivariana de las Américas (Alba) no irán a la Cumbre de las Américas si Colombia –país anfitrión– no invita a Cuba. Además, subraya que le tiene sin cuidado el criterio que tenga la Casa Blanca sobre el tema.

Prosigue deslegitimando la solicitud de asilo político de Emilio Palacio a Estados Unidos y defendiendo los procesos judiciales del Presidente contra diario El Universo y los autores del libro ‘El Gran Hermano’.

Patiño continúa con nuevas críticas a la Relatoría de la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a la que acusa de “doble moral” por sus alertas sobre la situación de la prensa en el país.

Finaliza su intervención advirtiendo a la Unión Europea (UE) que el país fijará las condiciones para negociar un acuerdo comercial “para el desarrollo”.

El discurso que Patiño mantiene frente a esos temas tiene un denominador común: su alineación con la política exterior del bloque de la Alba, liderado por el mandatario venezolano, Hugo Chávez.

En efecto, ocho días atrás, el propio presidente Rafael Correa anunciaba en Caracas que el fortalecimiento de la Alba es una de sus prioridades diplomáticas.

Según el canciller Patiño, la orientación de la política exterior obedece a una defensa de la soberanía y a una política de cooperación sur-sur, que se basa en la búsqueda de nuevos mercados y nuevas relaciones políticas.

Sin embargo, para observadores de la política exterior, el rumbo de la diplomacia luce alejado del pragmatismo y la defensa de intereses del país.

“Ecuador tiene una política incoherente con los intereses nacionales en el concierto de las naciones sudamericanas”. Ese es el criterio de Heinz Moeller, ex ministro de Relaciones Exteriores, al analizar la actuación de la Cancillería en temas como su postura frente a Siria, el Sistema Interamericano de DD.HH. y las negociaciones comerciales con la UE.

Una posición similar es la que ha expresado el ex canciller Francisco Carrión, que hasta septiembre fue representante de Ecuador ante la ONU en Nueva York.

Para el diplomático, la exigencia para que Cuba sea invitada a la Cumbre de las Américas o el pedido de sancionar a Gran Bretaña por su tensión con Argentina, condicionan la opción de que Ecuador lidere gestiones de acercamiento en ambos temas.

“La política exterior debe conducirse bajo principios, intereses y el contexto internacional”, dice.

Intolerancia a la prensa extranjera, su apoyo al Régimen sirio, las críticas a la OEA, las advertencias a la UE, el apego a la Alba y nuevas relaciones con países sin peso. Estos son seis temas en que se han reflejado el radicalismo de estos dos años de gestión (segmentos).

La cita de Patiño con la prensa está por terminar el jueves 9. Una periodista pregunta si conoce de la decisión de EE.UU. de cerrar su oficina comercial en el país. El Canciller replica -con ironía- que no conoce el tema, que al mediodía de ese jueves se confirmó.

6 temas en que Ecuador ha actuado con principios similares a los de la Alba

Colombia y Cumbre de las Américas. Rafael Correa molestó a Colombia, anfitriona de la cita, al advertir que la Alba no asistirá si Cuba no es invitado. Prueba de la molestia fueron las palabras del presidente Juan Manuel Santos, quien dijo que espera “domar la liebre”. En Colombia se tomó como un ‘boicot’ a una cita que alista desde 2010.

UE y Gran Bretaña. Ecuador pidió en la Alba sanciones a Gran Bretaña por su tensión con Argentina por las Malvinas. Antes había enviado un reclamo a la UE por el caso El Universo. Esto se da cuando el país quiere destrabar el acuerdo comercial. El ex canciller Moeller cree que no ayudan a un buen clima para el viaje del Canciller, en marzo.

Irán y Siria. Ecuador mantiene la línea política de la Alba a la hora de relacionarse con los gobiernos de Siria e Irán, cuestionados por la comunidad internacional. Luego de que apoyase el plan de energía nuclear iraní, la Cancillería también decidió apoyar al Régimen sirio, acusado de reprimir de forma brutal a su población civil.

Sistema Interamericano de DD.HH. Junto con Venezuela ha empujado cambios a los organismos de la Comisión Interamericana de DD.HH.

Específicamente a la Relatoría de Libertad de Expresión, que ha tomado nota de la situación de la prensa en el país. Quiere limitar su financiamiento y cambiar el formato de su informe anual.

Prensa internacional. La Cancillería usa las delegaciones diplomáticas para responder a las opiniones. La embajadora en EE.UU., Nathalie Cely, envió una carta al The New York Times, por cuestionar el juicio a El Universo, que el Presidente lo planteó como ciudadano. Lo mismo hizo la Embajada en Bogotá por un editorial de El Tiempo.

Alianzas con nuevos países. Ecuador ha decidido establecer vínculos con naciones pequeñas. En la gestión de Patiño lo ha hecho con Gambia, Etiopía, Sri Lanka, Kazajstán y Tuvalu. Además, el canciller Patiño visitó países de la ex URSS como Bielorrusia y Azerbaiyán. Dice que es parte de una política de cooperación sur-sur.

Suplementos digitales