El Gobierno español estaba al tanto y muy preocupado de las relaciones de funcionarios de los gobiernos de Ecuador y Venezuela con las FARC.
El antecedente se remonta a febrero del 2008, semanas antes del bombardeo al campamento de Angostura (1 de marzo), donde murió el segundo comandante de las FARC, Raúl Reyes.En febrero, agentes de España llegaron a Ecuador como parte de un seguimiento a miembros de la organización terrorista ETA, que participarían, entre el 24 y el 27 de febrero, en el Segundo Congreso de la Coordinadora Continental Bolivariana, que es el brazo político de las FARC.
En esos días, precisamente, funcionarios de la Embajada española informaron al Gobierno ecuatoriano sobre la participación en el Congreso de los miembros de ETA. “Tuve conocimiento de ese encuentro cuando se estaba realizando y la Embajada de España se queja de que estaban participando dos etarras’”, declaró el presidente Rafael Correa ante la Comisión de Transparencia y Verdad del Caso Angostura, integrada por pedido del Régimen.
Lo cierto es que la Policía española estaba al tanto del Congreso y de su relación con los viajes de varios de sus participantes al campamento de Angostura, donde se encontraba Raúl Reyes, quien había enviado al encuentro un video con un saludo “combativo y revolucionario”.
Estos antecedentes ayudan a comprender la desconfianza que el Gobierno español tenía de los regímenes de Ecuador y Venezuela, evidenciada en un cable publicado por el portal de Wikileaks, enviado desde la Embajada de EE.UU. en Madrid, el 9 de mayo del 2008.
Según el reporte, considerado “confidencial”, el entonces secretario de Estado para Occidente, Thomas Shanon se reunió con el secretario de la Presidencia española, Bernardino León, y el ex mandatario José María Aznar.
“León hizo hincapié en la necesidad de que EE.UU. y España trabajen juntos en Latinoamérica, mientras Aznar enfatizó la importancia de Colombia y México, y urgió a EE.UU. a mantener un fuerte apoyo hacia ambos. León y Aznar expresaron preocupaciones sobre Argentina”.
Aznar destacó que el entonces presidente Álvaro Uribe era el mejor amigo que EE.UU. tenía en Latinoamérica, y que estaba cerca el fin de las FARC. Y recalcó que “Chávez y el presidente Rafael Correa estaban implicados, por información obtenida en la operación militar contra Raúl Reyes”. Por eso –indica el cable- era más importante ahora que nunca para EE.UU. apoyar a Colombia.
La posición pública del Gobierno español en este tema siempre se mantuvo en el campo diplomático, es decir con cautela y sigilo.
No obstante, ese Gobierno conocía bien los nexos ETA-FARC.
Según conoció este Diario, en febrero del 2008 los agentes españoles habrían solicitado incluso que Ecuador detuviera a los etarras. En el encuentro de la Coordinadora participaron Bety Bilazardi, Walter Wendelin e Ignacio Gil de San Vicente. Los dos hombres están identificados por las autoridades españolas con el Movimiento de Liberación Nacional Vasco, un ente que justifica las acciones violentas y tiene una ideología comunista y marxista.
El primero en llegar al Ecuador fue Gil de San Vicente. Lo hizo en febrero para el lanzamiento de un libro sobre el Socialismo del siglo XXI y para dictar una charla en la Universidad Central. Trabajó en muchas organizaciones y medios de prensa que fueron identificados como pro ETA. Wendelin era considerado como el “delegado para América” en el Congreso Bolivariano. Su trabajo, según agentes de inteligencia, era establecer o afianzar relaciones con diversas organizaciones que pudieran compartir los postulados de los grupos de liberación vascos.
Ayer, el ministro de Seguridad Interna y Externa, Miguel Carvajal, dijo que el Gobierno está analizando la información que contiene Wikileaks. “Hay un grupo de Inteligencia, una comisión, que trabaja en analizar eso y mientras no haya resultados no vamos a tratar el tema”, destacó.