Alexandr Lukashenko, presidente de Bielorrusia, visitó por primera vez esta semana Quito. Y lo hizo como parte de su gira por tres países de Latinoamérica, que lo llevó por Cuba, Venezuela y Ecuador.
El polémico Presidente, que ha gobernado Bielorrusia por 18 años, mantuvo reuniones con los mandatarios de los tres estados. Con todos ellos suscribió acuerdos en salud pública, agricultura, industria, defensa, construcción, ciencia, vivienda y petróleo.
Su presencia en Ecuador puso de nuevo en debate la orientación de la política internacional que mantiene el gobierno de Rafael Correa. La razón: Lukashenko ha sido cuestionado mundialmente por supuestas violaciones a los derechos humanos en su país.
De hecho, esta semana, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los DD.HH., Navi Pillay, denunció las “graves violaciones” que se han cometido en Bielorrusia desde finales del 2010. Alertó que esos atropellos tienen un carácter “sistémico”.
La más reciente crítica a la administración de Lukashenko se debe a la represión en masa que ejecutó en respuesta a una manifestación pacífica, contra el desarrollo del proceso electoral. Por este tipo de actos, la oposición bielorrusa lo considera como ‘el último dictador de Europa’.
No es la primera vez que sucede este tipo de hechos. En 1996, la Policía cercó el edificio del Parlamento y encerró a 89 diputados acusados por el Gobierno como “desleales”. Ellos habían firmaron una petición para que Lukashenko dejara la Presidencia por “violación de la Constitución”.
Luego de la detención de los legisladores, un nuevo Congreso formado por 110 personas cercanas a Lukashenko, fue establecido en un edificio cercano. Sus acciones fueron condenadas internacionalmente por gobiernos y grupos de DD.HH.
Incluso, el Primer Ministro bielorruso y otros dos ministros dejaron sus cargos en señal de protesta, al igual que hicieron siete de los 11 miembros de la Corte Constitucional. Al final todos fueron reemplazados por personas cercanas al Mandatario.
En el 2001, Lukashenko participó para la reelección presidencial; ganó en primera vuelta, con una diferencia considerable.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa describió a ese proceso electoral como “un fracaso de los estándares internacionales”. No hubo observación internacional.
En el 2004, el Presidente de Bielorrusia convocó a un nuevo referéndum, para lograr la reelección indefinida. De este modo, en el 2006 y en el 2011 nuevamente ganó las presidenciales, en medio de críticas y denuncias de supuestos fraudes electorales.
Para el ex canciller Heinz Moeller, su visita evidencia que la política exterior ecuatoriana camina por senderos ideológicos. “Parecería que le tenemos antipatía a cierto tipo de gobiernos, cuando otros presidentes pragmáticos, como José Mujica de Uruguay, ex tupamaru, aplica una política internacional práctica, que busca mercados para su productos”.
Asimismo, el ex embajador Mauricio Gándara afirma que la cercanía con antiguos países soviéticos trae consigo peligros. “El riesgo más grave es que la Unión Europea o los norteamericanos no nos renueven las preferencias arancelarias. Estamos haciendo lo contrario al interés nacional”.
La visita de Lukashenko dejó al Ecuador seis convenios en defensa, ciencia, tecnología, asuntos consulares, comercio e inversiones. En octubre pasado, el canciller Ricardo Patiño ya viajó a Bielorrusia. Allí firmó una declaración de buena intención con la fábrica de tractores Minksm, para un eventual montaje de una ensambladora en Ecuador.
Desde Irán e Indonesia
El fin de semana pasado, el presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, se reunió con el presidente Rafael Correa, para profundizar la integración comercial entre la región Asia-Pacífico y América Latina.
En enero pasado, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, visitó Ecuador. Se reunió con Correa en Carondelet, quien apoyó su plan de desarrollo de energía nuclear, que es criticado por EE.UU. y la UE.
Los presidentes de Ecuador y de Bielorrusia coincidieron en impulsar reformas a la ONU. Bielorrusia tiene una relación muy cercana con Rusia.
Antes de llegar a Quito, Lukashenko estuvo en Caracas. Allí dijo que estaba dispuesto a hacer “ todo” lo que su “amigo” Hugo Chávez le pidiera. “Nuestro estado (Bielorrusia) hará todo lo que él pida, mi amigo Chávez”.