La criminalización de la libertad de expresión es una de las cuatro formas por las que se está poniendo el riesgo la libertad de expresión en el mundo y el caso ecuatoriano es un ejemplo de aquello.
Así lo sostiene Frank La Rue, relator especial de las Organización de las Naciones Unidas, ONU, desde el 2008 en una entrevista que aparece publicada en la edición de hoy del diario salvadoreño La Prensa Gráfica.
El guatemalteco y experto en el tema sostiene que las tras amenazas más grandes en el mundo para la libertad de expresión son: la criminalización de la libertad de prensa, la violencia en contra de periodistas, la creación de grandes conglomerados y monopolios de prensa y la tendencia a controlar el internet.
Según La Rue, el caso ecuatoriano es un ejemplo de la primera amenaza. El caso más reciente es el del presidente (Rafael) Correa en Ecuador. Yo hice un comunicado público criticando seriamente esta práctica, donde él logra –de un juez– una sentencia por $40 millones contra el diario El Universo, lo cual lo lleva a la quiebra. “La difamación, y esto es un consenso que hay entre la relatoría de la ONU con las relatorías de organismos regionales como la OEA, de que la difamación puede existir para proteger el honor y la reputación de personas, pero debe ser una acción (civil) y no una acción penal, meter a alguien a la cárcel o poner una multa desmedida contra un medio, un periódico o que lleve a la quiebra a una persona, no recupera el honor de otra persona que se siente ofendida. La difamación se ha utilizado para silenciar la crítica en el mundo entero. También, el delito de ofensa a las religiones en el mundo islámico es la difamación de religiones”, dice La Rue en su entrevista.
En el tema de la violencia contra periodistas ha puesto el ejemplo de México y Honduras.
La tercera amenaza dice, es la creación de grandes conglomerados y monopolios de prensa. “Aquí el caso más típico es el de Rupert Murdoch, que fue un escándalo en Inglaterra, pero esto está pasando en nuestra América Latina y pasa en otros continentes. ¿Y por qué es una amenaza? Es una amenaza de otro tipo, pero la libertad de expresión se rige por un principio, que es de la diversidad y pluralismo, especialmente en los medios de telecomunicaciones. Tiene que haber diversidad de medios y pluralismo de ideas, porque es el pueblo el que tiene el derecho a formular su pensamiento, sus opiniones y a decidir por sí mismo cuál información toma y cuál rechaza”, sostiene.
Por último, está el internet. Según La Rue “hay una tentación de querer bloquear y filtrar el internet, hay países que lo hacen claramente, China, por ejemplo. Cuando yo hablo de acceso lo divido en dos formas: acceso al contenido, amplio, libre, con diversidad; y acceso a la infraestructura, a las computadoras, conectividad y al servidor. Y eso implica de los Estados un esfuerzo incluso económico. Me parece a mí que el internet, especialmente con los casos de Egipto y Túnez, ha provocado temor en los líderes políticos del mundo que fácilmente caen en la tentación de querer silenciar a los blogueros, a los críticos y a la gente. Y todos los grandes medios de comunicación tienen una versión en línea y eso también les asusta, porque antes un periódico llegaba a los lectores que lo compraban, un círculo relativamente reducido, pero hoy un periódico que tiene una versión en línea llega no solo a los que compran el impreso, también a los que ven en internet la noticia a escala mundial”.
Sobre el caso concreto del diario ecuatoriano El Universo, La Rue dice que cree que ni el editorialista debió haber sido condenado por difamación ni el diario por supuesta autoría coadyuvante.
“Difamación no se debe usar ni siquiera contra quien escribió la porque para mí la difamación no debe ser una acción penal. Para mí, los funcionarios públicos están obligados a permitir un espacio más amplio de crítica, porque la función pública va con el escrutinio público, la transparencia y van de la mano con la crítica pública. No se pueden dar por ofendidos, estén de acuerdo con la crítica o no. Se está queriendo hacer corresponsable al medio, yo lo dije en el caso de El Universo, pero también en el caso de WikiLeaks. Si hay una filtración de información, uno no puede hacer al intermediario, responsable del contenido establecido por terceros”, concluye.