La Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) abrió una investigación en torno a la construcción de la Terminal Terrestre de Guayaquil que, en 1984, presentó fallas estructurales provocando su cierre parcial.
El abogado Antonio García, en rueda de prensa, explicó que, “en vista de una publicación de diario El Telégrafo del pasado 3 de mayo, que desempolva el caso, la CTE requirió de mis servicios para que haga una investigación del tema”. La firma japonesa Fujita Corporation fue la contratista.
Mencionó que las firmas Prenor S.A, que vendió en 1978 los terrenos así como los planos para la construcción de la terminal; y Matricsa, fabricante de las locetas; tuvieron como socios a Adan C.A., e Inamasa S.A., respectivamente. En ambas eran accionistas Carlos Pérez Perasso, ex director de Diario El Universo, y sus hijos.
“Como se enteraron que estábamos en esta investigación entonces, en retaliación, empezaron una campaña de desprestigio a las autoridades de tránsito del país”, agregó García. Sin embargo, aún no supo precisar si jurídicamente es viable una reapertura de la causa.
En su página web, El Universo destacó qué “el Gobierno actual, utilizando las mismas estrategias que hace décadas usó la ahora calificada como partidocracia, trata de revivir un caso que tuvo sentencia definitiva en 1992, sobre la construcción de la antigua Terminal Terrestre de Guayaquil, y en el cual no han tenido responsabilidad ante el Estado, ni este Diario, ni ninguno de sus directivos”.
Y recordaron que, en octubre de 1995, “un diputado socialcristiano trató de utilizar este caso políticamente en contra del entonces vicepresidente Alberto Dahik, accionista al igual que nuestro extinto y querido Director Carlos Pérez Perasso, de la empresa Matricsa”.