Hoy con este Diario circula el fascículo 8 de la obra ‘El crimen de El Ejido’, una publicación conjunta de la Universidad Andina Simón Bolívar, la Corporación Editora Nacional y Grupo EL COMERCIO, realizada por un prestigioso grupo de historiadores, y cuyo Consejo Editorial está integrado por Enrique Ayala, Jorge Núñez y Luis Mora.
En esta entrega se presentará la primera parte del texto completo del alegato fiscal que Pío Jaramillo A. realizó en 1919, durante el juicio por el asesinato del general Eloy Alfaro y de sus tenientes, ocurrido el 28 de enero de 1912. La segunda entrega se difundirá en el fascículo 9, que circulará el domingo 12.
Pío Jaramillo fue un ilustre jurista, catedrático, escritor, político y filósofo lojano. Nació en mayo de 1884. En 1906 obtuvo la licenciatura en Ciencias Públicas. Cinco años después, obtuvo el doctorado en Jurisprudencia.
En 1911 fue elegido por primera vez diputado por Loja.
A partir de 1913, desarrolló con fuerza una de sus mayores pasiones: la literatura. Escribió y publicó su obra “El Ecuador y el Canal de Panamá”. Uno de sus principales textos fue la “Contribución al estudio de la sociología indoamericana”, considerado uno de los primeros trabajos sociológicos del país; es un tratado de las condiciones políticas y económicas de los campesinos ecuatorianos.
Fue miembro activo de la afamada Sociedad Jurídico Literaria, del Instituto de Estudios Amazónicos y miembro de número del Centro de Investigaciones Históricas de Guayaquil. Presidente, vicepresidente y miembro titular de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
Escribió para los principales periódicos de la época: El Oriente y el Municipio Lojano, de Loja; El Telégrafo, El Guante, el Diario Ilustrado y El Nacional, de Guayaquil; El Comercio, La Nación, La Prensa y El Día, de Quito; y El Fénix, de Riobamba. Sus escritos fueron publicados con el seudónimo de Plácido Ximénez.
Según varias semblanzas históricas consultadas por este Diario, Jaramillo fue un hombre crítico y con visión de futuro. En 1913 fue designado Gobernador de Loja. Desde allí, emprendió varias obras para mejorar la presencia del Estado en la zona. Habilitó la Casa del Gobierno, reparó el Cuartel de Policía, adecuó el local del Protectorado de Señoritas. Además, contrató la construcción del nuevo hospital y las obras para proveer de agua potable a Loja.
En 1917 ocupó la posecretaría de la Cámara de Diputados. Al año siguiente fue nuevamente electo diputado.
El 6 de marzo de 1919 actuó como Fiscal en el proceso penal que se siguió contra los autores, cómplices y encubridores del asesinato de Alfaro y sus tenientes. En su alegato acusó a los miembros del gabinete de Carlos Freile Zaldumbide.
“Acuso ante la historia, la responsabilidad del Gobierno del señor Carlos Freile Zaldumbide, y conjuro ante la faz del mundo al Congreso Nacional que se encargará de formular la acusación definitiva, para que la Corte Suprema diga con su sentencia, que la justicia es inexorable para los grandes, como lo ha sido para los pequeños”, señaló Jaramillo.