El presidente Rafael Correa finalmente tocó un tema que, a lo largo de esta semana, levantó un incipiente debate.
Es la posibilidad de que el Jefe de Estado disuelva la Asamblea Nacional, como una respuesta al estado de inacción en el cual ha caído la Legislatura debido a la polarización de fuerzas entre el oficialismo y la oposición.
“Si siguen molestando tratando de boicotear el trabajo de la Asamblea gobernaré directamente con el pueblo, con consultas populares y para las diferentes leyes. Por último, sí, yo no descarto la muerte cruzada”.
Estas fueron las palabras que Correa manifestó la noche del jueves y que fueron recogidas ayer en por el portal gubernamental El Ciudadano.
El Jefe de Estado culpó a la oposición de ser la causante de que los proyectos de ley no logren debatirse en la Asamblea.
Según el artículo 148 de la Constitución, el Presidente de la República tiene la facultad de disolver la Asamblea, por una sola ocasión y previo dictamen de la Corte Constitucional, durante los tres primeros de años de gestión.
Las causas: grave crisis política, conmoción interna u obstrucción del Plan de Desarrollo.
Si ello sucede, la Asamblea deja de funcionar y el Presidente podrá expedir decretos-leyes, también bajo la vigilancia de la CC.
Luego, la Función Electoral convocará a elecciones para elegir Presidente y asambleístas.
El titular del Legislativo, Fernando Cordero, tampoco descartó ayer este escenario. “… La famosa muerte cruzada en este momento la tenemos aquí a la distancia de la mano. Sería lo menos que puede pasar en Ecuador si se violenta la institucionalidad… ojalá no lleguemos a eso”, dijo.