Grandes cartelones, recordando las protestas de Dayuma y la prefecta Guadalupe Llori, la insurrección del 30 de septiembre y los ataques a la libertad de expresión recibieron ayer al presidente Rafael Correa durante su exposición en la Universidad de Columbia (Nueva York).
Unos 30 manifestantes se instalaron frente a la puerta de acceso del centro de estudios privado. Un vehículo de la Policía los custodió separándolos con una cerca instalada por los gendarmes para evitar disturbios.
Dentro del auditorio, el Mandatario dictó la conferencia ‘Vulnerable Societies: Media and Democracy in Latin America. (Sociedades Vulnerables: Medios y democracia en América Latina).
Durante la disertación, las protestas no cesaron. Eduardo Pacheco comentó que el plantón fue organizado por un grupo de ecuatorianos que está“en contra de uno de los gobiernos más corruptos de la historia”.
En medio de una fuerte lluvia sus dirigidos portaban los carteles con estos episodios espinosos. Fue una protesta pacífica sin gritos que nunca salió del control.
Correa habló en Miller Theatre, del campus Morningside. John H. Coatsworth, uno de los profesores de la Escuela de Asuntos Internacionales, presentó al invitado ante la audiencia.
Coatsworth dijo tener un interés particular en el juicio que el presidente Correa ha instaurado en contra de uno de los periódicos más importantes del Ecuador, diario El Universo. Transmitiendo su preocupación.
Correa permanecía sentado en una silla estilo Luis XVI mientras bebía agua. Estaba vestido de traje oscuro y con su habitual camisa bordada, que contrastaba con el forro celeste de la silla.
Con un inglés muy acentuado su hablar fue pausado. El usualmente elocuente y firme Presidente esperó algunos minutos para poder concentrarse e iniciar su charla, con cierta fluidez, en el idioma anglosajón.
De hecho, tenía que repetir en varias ocasiones las palabras para asegurarse de que las había pronunciado correctamente.
Eso no evitó que arrancara algunas sonrisas en el auditorio. Para ello, Correa recurrió a algunos chistes como el aceptar que tiene estudios en economía (tartamudió tres veces con esa palabra) pero que aún así sigue siendo una buena persona.
También hubo espacio para los aplausos como cuando dijo estar en contra de la pena de muerte.
También hubo espacio para el insulto y la polémica. En la ronda de preguntas, Carlos Lauría, director regional del Comité de Protección de Periodistas, le consultó sobre el caso El Universo y la indemnización millonaria que la Corte de Guayaquil ratificó el martes. Pero Correa fue rápido en su respuesta: “Usted repite una mentira y es un mentiroso” (ver nota inferior).
Correa basó su presentación en tres ejes. En el primero dijo que El Universo es un caso de aplicación de la Ley común y que no se trata de un tema de Libertad de Expresión. En segundo lugar dijo que para él los medios de comunicación son un poder y por lo tanto al defender sus posiciones están haciendo política. Finalmente dijo que los medios están en manos de gente con dinero y eso tiene que cambiar.
Sin precisar cifras, Correa insistió en que los medios mienten, que no hay profesionalismo y que carecen de ética. Comentó que la Ley de Comunicación está debatiéndose durante dos años en la Asamblea. Respecto al poder de los medios recordó que antes de su Gobierno los medios no pagaban impuestos al papel y que eso cambió. Además, que en Ecuador una media docena de familias controlan los medios más importantes.
En su charla sobre los medios, al Presidente se le olvidó comentar al auditorio que su gobierno agrede a periodistas desde cadenas de televisión y que, en los enlaces sabatinos, hay un segmento llamado, la Libertad de Expresión ya es de todos, donde se dedica a atacar a la prensa y quienes piensan diferente a él.
Correa anunció que tiene planes para cambiar la estructura de medios en Ecuador, entre ellos señaló que el país cuenta con medios públicos y gubernamentales que muestran una visión distinta a los medios independientes.