Las consultas populares, históricamente, han sido un termómetro de la popularidad de los presidentes de turno. Desde el regreso a la democracia (1978-1979), en el Ecuador se han convocado a ocho procesos plebiscitarios. Tres de ellos: 1978, 1995 y 2008 fueron referendos, es decir cambios constitucionales directos. Los otros cinco: 1986, 1994, 1997, 2006 y 2007 fueron consultas populares.
Si bien la posibilidad de consultar al pueblo fue debatida desde 1869 en Ecuador, la primera vez que se recurrió a este mecanismo fue en 1978, cuando el país decidió retornar a los cauces democráticos. Desde entonces, en estos 33 años, el Ecuador se ha convertido junto con Uruguay, en los dos países de América de Sur, que más han utilizado este instrumento de la democracia.
Pero el analista político Simón Pachano recuerda que a diferencia de Ecuador, las consultas en Uruguay solo son una alternativa permitida para la ciudadanía y no para el Presidente.
Por ello, señala que en Ecuador, las consultas se han convertido en un instrumento diseñado “para solucionar conflictos políticos y no necesariamente para los temas que fueron convocados”.
El asambleísta de la ID, Andrés Páez, sustenta además que el carácter funcional y utilitario de las consultas es una herencia de nuestra política, donde los fracasos o éxitos dependen del Gobierno que las haya propuesto.
La historia demuestra, por los resultados obtenidos, que las consultas tienden a polarizar a la población. Las dos consultas de Sixto Durán Ballén así lo demuestran: en la de 1994 el Régimen tuvo un apoyo de 6 a 4 y en la de 1995 la tendencia se invirtió.
La nueva consulta del 7 de mayo se enfrentará a esa tendencia que ha hecho del Ecuador un territorio fértil en plebiscitos.
15 de enero de 1978
Entre 1972 y 1979, el Ecuador vivió el período más largo de dictaduras militares. El triunvirato de los comandantes Alfredo Poveda, Guillermo Durán y Luis Leoro derrocó, en 1976, al régimen de Guillermo Rodríguez Lara.
Ese golpe reveló la fragilidad institucional de las FF.AA., las mismas que, para legitimar su acción, se comprometieron en devolverle el control político del país a los civiles en dos años.
El referendo que se realizó en 1978 sometió a votación popular el trabajo que realizaron las tres comisiones miliares y civiles para volver a la democracia.
La primera elaboró una nueva Constitución, la segunda reformó la de 1945 y la tercera creó las Leyes de Referendo, Elecciones Partidos Políticos.
Alexandra Vela, colaboradora de los gobiernos de Jaime Roldós y Osvaldo Hurtado, cree que “en una consulta los votantes eligen a partir de la aprobación o reprobación de un Gobierno”, y por ello la idea del cambio primó en esa elección. Andrés Páez dice que el referendo marcó el futuro de la democracia.
1 de junio de 1986
A mitad de período, el ex presidente León Febres Cordero llamó a consulta. La única pregunta sugerida a la población era si cualquier persona, sin estar afiliada a ningún partido político, podría participar en elecciones.
La campaña fue intensa. Básicamente porque la oposición, liderada por Osvaldo Hurtado, hizo de este proceso, un plebiscito para alentar el voto de rechazo al Gobierno del PSC.
Fue una dura derrota. El ex vicepresidente de Febres Cordero, Blasco Peñaherrera, recuerda que esos resultados reflejaron el descontento popular: “Yo no estuve de acuerdo con la consulta”.
Los principales impulsores del no fueron los partidos , que tomaron como frase de campaña: “No a León”. El ex presidente Galo Plaza calificó, entonces, los resultados de 1986 como “una censura al Gobierno”.
Así se ratificó la tesis de que las consultas populares reflejan más bien la popularidad de quien las propone, más allá de su contenido. Como dato curioso, en 1994 Sixto Durán Ballén hizo la misma pregunta y ganó el sí.
Agosto 1994 y Nov. 1995
Una victoria y una derrota. Sixto Durán Ballén llamó dos veces a consulta popular.
En la primera, el 8 de agosto de 1994, se preparó un cuestionario de siete preguntas con reformas constitucionales. Fue un referendo que no enfrentaba a Duran Ballén a una evaluación de su gestión. El sí triunfó, en promedio, con el 60%. Pero el pueblo dijo no a la pregunta que proponía a los diputados manejar el Presupuesto del Estado.
La segunda consulta fue el 26 de noviembre de 1995. El 60% de los ecuatorianos rechazó las 11 preguntas sobre reformas políticas, económicas y del IESS.
Para el ex secretario de Información, Carlos Larreátegui, “se evidenció la poca aceptación al Gobierno; habíamos perdido respaldo por la crisis del vicepresidente Alberto Dahik”.
25 de mayo de 1997
La polémica destitución al presidente Abdalá Bucaram fue ratificada en las urnas. El presidente interino Fabián Alarcón planteó 14 preguntas al pueblo ecuatoriano. Ha sido, hasta el momento, el cuestionario más largo de la historia nacional.
En busca de legitimidad, Alarcón sometió al veredicto ecuatoriano la censura a Bucaram y su designación como interino. Fue afortunado: más del 65% del electorado refrendó la crisis de febrero. Según Alarcón, “con este plebiscito se quiso dar una solidez política al país, después de la inestabilidad que atravesó por la caída de Bucaram”.
La consulta popular también planteó una ambiciosa reforma política y de Justicia que dio paso a la Asamblea Constitucional de 1998, que se encargó de reformar la Carta Política de 1978.
26 de noviembre del 2006
Es una consulta poco recordada. El presidente Alfredo Palacio llamó al país a consulta popular, consultó a los ecuatorianos en la segunda vuelta electoral del 26 de noviembre del 2006.
Fue una consulta de corte social con tres preguntas: el apoyo a las ocho políticas del Plan Decenal de Educación; la aprobación del proyecto de ley de Aseguramiento Universal de Salud y la necesidad de que se aumente en un 0,5% anual el gasto en Salud hasta llegar al 4% del PIB.
También se propuso garantizar que los recursos excedentes del petróleo sean destinados a la inversión social y a la reactivación productiva.
Los electores le dieron el apoyo mayoritario a Palacio, a pesar de que su Gobierno tenía una baja aceptación. Pese a los resultados, el analista Simón Pachano afirma que esta consulta fue olvidada por la indiferencia de los votantes. La razón: de inmediato se conformó una Asamblea Constituyente que replanteó el modelo estatal ecuatoriano por completo sin que los resultados de esta consulta fueran determinantes.
Abril 2007 y Sep. 2008
La principal propuesta de campaña se cumplió. Rafael Correa asumió la Presidencia, el 15 de enero del 2007, firmando un decreto de convocatoria a consulta popular para llamar a una Asamblea Constituyente.
El 15 de abril de ese año, el pueblo aprobó esta propuesta con el 81,72% de aceptación. Fue un resultado más alto a los que alcanzaron Durán Ballén en su primera consulta de 1994 y Alarcón en la de 1997.
Esta consulta, como sucedió con la de Alarcón, dio paso a la elección de una Asamblea Constituyente que redactó la Carta Magna de Montecristi.
Al igual que sucedió en 1978, el resultado del trabajo de los 130 asambleístas fue sometido a referendo popular el domingo 28 de septiembre del 2008.
El electorado apoyó la Constitución vigente con el 64%, el no sumó el 28%. En relación a la consulta del 2007, el sí perdió 16 puntos que se fueron al no.
La asambleísta Aminta Buenaño cree que en estas dos consultas se ratificó el apoyo y la credibilidad al presidente Correa.