El proyecto de consulta popular sobre el futuro de la no explotación petrolera en el Yasuní vive horas de incertidumbre.
Este fin de semana, el Consejo Nacional Electoral (CNE) puso “en duda” 50 000 de las 599 103 firmas con las que el colectivo Yasunidos ingresó a la etapa final de verificación de estos registros. Las firmas dudosas están bajo el examen de expertos grafólogos.
Si estas finalmente quedan invalidadas, el colectivo no alcanzaría a completar el requisito constitucional para convocar a una consulta popular de carácter ciudadana. Es decir, un apoyo equivalente al 5% del padrón electoral nacional del 2013 (583 324 adhesiones).
El sábado por la tarde, el CNE emitió un comunicado de prensa en el cual señalaba que la revisión de las 50 000 firmas en duda terminaría ayer. “En ese momento, las autoridades notificarán a los requirentes (sic) de la consulta, la finalización del proceso por las vías legales pertinentes”. Esas fueron las palabras de Patricio Racines, coordinador del Centro de Verificación de Firmas del CNE. Pero hasta el cierre de esta edición, ese anuncio no se había realizado.
Un total de 180 verificadores trabajaron el fin de semana en el proceso, que contó con la observación de Unasur, liderada por José Pardo, miembro del Tribunal Electoral de Bolivia.
Pedro Bermeo, uno de los voceros de Yasunidos, dijo que hasta ayer no hubo ninguna notificación oficial por parte del CNE. Además, insistió en que el trabajo del organismo electoral no ha sido transparente.
El colectivo presentó el 12 de abril unas 857 000 firmas para llamar a consulta popular.
Sin embargo, un 30% de este total fue invalidado, durante la primera fase de revisión de los formularios de las firmas, básicamente, por cuestiones de forma. Esto significa que se presentaron errores en los formatos de los documentos, así como en el registro de las firmas de respaldo.
Por esta razón, el tramo final de la revisión de las firmas de Yasunidos quedó sobre la base de 599 103 adhesiones.
Los representantes de la agrupación cuestionaron el proceso de verificación del CNE. Adujeron que el organismo no solo habría roto la cadena de custodia para el manejo de estos documentos, sino que todo el proceso de verificación se dio sin el debido acompañamiento de los veedores del colectivo. A su criterio, estos elementos abonan toda clase de dudas sobre la transparencia de los resultados.
Por esa razón, la semana anterior Yasunidos planteó recurrir no solo al Tribunal Contencioso Electoral (TCE) para impugnar todo el trabajo del CNE, sino acudir a instancias internacionales.
Las complicaciones que Yasunidos tiene para impulsar su proyecto de consulta popular tiene similitudes con el proceso de inscripción de los partidos y movimientos políticos, que entre el 2011 y el 2012 se realizó ante el CNE.
Luego de que el organismo electoral detectara un supuesto escándalo de adulteración de firmas en este proceso de inscripción, cuyas investigaciones en la Fiscalía aún no concluyen, hay experiencias como las de Ruptura y Concertación. Ambos movimientos debieron presentar ante el CNE tres veces más el número de firmas requeridas por la Constitución (160 000) para lograr inscribirse, ya que muchas de ellas estaban registradas en otras tiendas políticas.
La diferencia en el caso de las agrupaciones políticas es que estas sí podían presentar más adhesiones hasta completar el 1,5% del padrón electoral, en caso de no cumplir el cupo en una primera entrega.
En cambio, en este proceso de consulta no está permitido hacer más recolecciones. De allí que Fabricio Astudillo, de Yasunidos, argumente que su lucha ha sido mucho más compleja. “Nosotros necesitamos más firmas que los partidos, sin tener la oportunidad de recolectar nuevas adhesiones”.
María Paula Romo, integrante de Ruptura, lamenta el papel que el CNE ha tenido en este proceso de consulta sobre el futuro del Yasuní.
En primer lugar, porque en la recolección de firmas de los partidos y movimientos no hubo tantas exigencias en cuanto a los formatos de los formularios, como sí ocurre ahora.
“La obligación del CNE no es ver el gramaje del papel, el mandato constitucional es interpretar las reglas en el sentido que mejor favorezcan los derechos de participación”.
Del mismo modo se pronuncia la dirigencia de Concertación, tras asegurar que la lucha de Yasunidos ha estado cuesta arriba desde el principio.
La postura de este movimiento es que las tiendas políticas tuvieron más de un año para recopilar el 1,5% de firmas, mientras que el colectivo, solo seis meses para reunir el 5%. De ahí que si Concertación debió recoger 480 000 rúbricas para lograr la validación de 160 000, el colchón de 16 000 firmas de Yasunidos no es buen augurio.
Está previsto que este día el CNE anuncie finalmente el resultado de la revisión de adhesiones de este colectivo.
En contexto
El fin de semana se desarrolló la fase final de la revisión de firmas que presentó Yasunidos para impulsar una consulta popular. El colectivo llegó a esta etapa solo con 599 103 adhesiones, ya que el resto fue desechado por el CNE por fallas de forma en los formularios.
- 15 779 firmas de Yasunidos pueden ser anuladas dentro del proceso de revisión.