Por segundo año consecutivo, las corridas de toros se convirtieron en un elemento de confrontación política en las fiestas de Quito.
Si en el 2011 la pugna se dio por la prohibición de que el toro muera en el ruedo, la tensión se prolongó este año por la decisión de la empresa Citotusa de cancelar la Feria Jesús del Gran Poder.
El punto máximo de esa crispación se registró en fin de semana, en los festejos taurinos en las plazas de Latacunga y Belmonte. Allí, aficionados que viven en Quito lanzaron consignas contra el Gobierno y las autoridades municipales de Alianza País. Incluso la edil María Sol Corral fue objeto de insultos y agresiones.
Aunque antes de esos festejos taurinos, la temperatura política ya se había elevado. El presidente Rafael Correa puso el ingrediente electoral al tema, cuando dijo que no descartaba que la suspensión de la Feria sea una maniobra para afectar al Régimen.
“No le extrañe que eso sea parte de la campaña, averigüe quién es el dueño de esa empresa”, fueron sus palabras a mediados de noviembre, al cuestionar que la cancelación del ciclo taurino llegase en la antesala de la campaña electoral, que arrancará el 4 de enero.
A renglón seguido, grupos de taurinos y antitaurinos salieron a las calles a expresar sus posturas frente al tema. La Unión Nacional de Espectáculos Tradicionales protestó fuera de la Plaza de Toros Iñaquito, mientras que el colectivo Diabluma realizó una marcha para exigir el fin definitivo de las corridas de toros en el Distrito.
En medio de la pugna quedaron el alcalde Augusto Barrera y el Cabildo, que han buscado desdramatizar del impacto de la falta de la Feria de Quito en las fiestas.
En esencia, el Alcalde enfatiza que la suspensión de la Feria fue una decisión de Citotusa, por el escaso número de entradas vendidas. Y agrega que las fiestas capitalinas van más allá de los toros. “Quito es muchísimo más que eso”, fueron sus declaraciones ayer, en Teleamazonas.
En el mismo sentido se pronuncia la concelaja Corral, quien explica que en la ciudad se han organizado más de 400 actividades. Sin embargo, las cifras evidencian que la disputa por el tema taurino y las medidas posteriores sí han afectado a varios sectores de la ciudad.
El primero es el propio Municipio de Quito. Según cálculos de Corral, quien preside la Comisión de Presupuesto, la Alcaldía deja percibir cerca de medio millón de dólares, por concepto del 10% de impuestos que Citotusa pagaba por la venta de boletos.
El sector de servicios de hospedaje y restaurantes también se han visto afectados por la ausencia de las corridas. La Asociación de Hoteles de Quito Metropolitano ya pronosticó la semana pasada una reducción en su actividad , por la disminución del flujo de turistas que llegaban a raíz de la Feria Jesús del Gran Poder.
Con estos antecedentes, el concejal Fabricio Villamar (Concertación) cree que la falta de toros de este año revivió el malestar político registrado en 2011. “Hay la prolongación de un debate político, que ha terminado afectando la identidad y animo de los quiteños en sus festividades”.
Sus palabras encuentran sustento en un estudio que Perfiles de Opinión hizo en diciembre del año pasado, luego de que por primera vez no hubiese corridas de toros a muerte en la urbe.
Si bien la mayoría de la población del Distrito Metropolitano señaló que no le gusta las corridas y que tampoco asiste regularmente a este tipo festejos, el 67% dijo que los toros sí son importantes en las fiestas quiteñas.
No obstante, Paulina Recalde, directora de Perfiles de Opinión, considera que todavía es temprano para evaluar el impacto real que tuvo la falta de toros en las festividades, así como para conocer el criterio político de la gente.
De forma similar opina Polibio Córdoba, director de Cedatos, quien señala que es normal que el sector de la población afectada por la ausencia de la Feria de Quito dirija su malestar al Gobierno y Alianza País. La razón: el oficialismo planteó el tema en la consulta del 2011. Aunque advierte que ese malestar pudiera evaporarse, una vez que las fiestas terminen.
Antitaurinos insisten
El colectivo Diabluma se reunió ayer con la concejal María Sol Corral, para exponer su iniciativa popular normativa, que busca la derogatoria de la ordenanza taurina vigente.
Jorge Cueva, miembro de ese colectivo, dijo que espera que el Concejo capitalino apruebe ese proyecto para que se eliminen definitivamente las corridas de toros en Quito.
Si el Concejo rechaza ese proyecto, Diabluma ha anticipado que con firmas de respaldo solicitarán que se convoque a una consulta , para que se eliminen las corridas. Citotusa ha mantenido silencio frente a la suspensión de las corridas.
[[OBJECT]]