A Rosa Gallardo le tomó al menos cinco minutos convencer a un transeúnte para que firme al paso el formulario que busca evitar la explotación petrolera del Yasuní, en el Oriente. Cuando el joven estaba a punto de completar sus datos, un grupo a favor de la explotación le hizo cambiar de opinión.
“¡No firme, no firme!”, le gritaban en coro. El joven tachó toda la información que ya había registrado y se apartó del lugar, como también lo hizo Gallardo. “No es justo -dijo la mujer-, esto no es de gritos, es de debatir con ideas”.
Desde hace varios meses, la plaza San Francisco, en el centro de Guayaquil, es el escenario de la recolección de firmas a favor y en contra de la extracción del crudo en el campo ITT (Ishpingo-Tambococha-Tiputini), situado en la reserva del Yasuní.
La mañana de este viernes 28 de marzo, el colectivo Amazonía Vive se atrincheró en este lugar. Unos 50 voluntarios se congregaron para hacer la entrega pública de 30 000 firmas que apoyan la iniciativa del presidente Rafael Correa de aprovechar los recursos petroleros de esta reserva natural.
Fernando Mosquera, coordinador de Amazonía Vive, dijo que las firmas de su grupo se sumaron a las de otros colectivos. Calcula que hasta la próxima semana habrían recolectado unas 500 000 rúbricas en todo el país, que pondrán a disposición del Consejo Nacional Electoral (CNE) para su revisión.
Gladys Carrasco es comerciante. Pero por estos días dedica un tiempo a la recoger firmas para sacar petróleo del Yasuní con una camiseta blanca que dice ‘firma por el desarrollo’.
“Para que el Perú se lleve ese petróleo debemos aprovecharlo nosotros”, es parte de su argumento para persuadir a los caminantes de este y otros puntos de recolección de rúbricas en Guayaquil, como la Terminal Terrestre y Bastión Popular.
En tanto Mosquera recalca que, de aprobarse la explotación, el colectivo Yasuní Vive será parte de una veeduría que hará un seguimiento al proceso de extracción para que no afecte al medio ambiente ni a los poblados que habitan la zona.