La mañana del 25 de abril, el ciudadano Pablo Villegas sacudió al país político a través de la red social Twitter. Su cuenta denominada @pablihno arrojó un dato insospechado: la Secretaría de Comunicación de la Presidencia había decidido contratar una servicio de monitoreo de redes sociales por USD 214 000.
“#MartesDeComprasPublicas Lo q incluye la REALIZACIÓN DE HERRAMIENTAS ESTRATÉGICAS DE MONITOREO DE REDES SOCIALES es: https://pic.twitter.com/FYcsLH2D”.
A su ‘trino’ adjuntó el archivo que demostraba que ese proceso había sido tramitado a través del Instituto Nacional de Compras Públicas. De inmediato la prensa se hizo eco de ese dato y a través de sus procedimientos periodísticos terminó por verificarlo y explicar en detalle en qué consistía el contrato del Gobierno.
El resultado de esa investigación que se inició en un dato conseguido por un ciudadano fue decisivo para la Secretaría de Comunicación de Carondelet.
Suspendió el contrato que disponía el seguimiento de las redes sociales en el país, así como la salida de tres de sus funcionarios involucrados en el tema.
Este caso y otros similares grafican cómo el ingreso de la ciudadanía a las plataformas digitales y a redes sociales ha abierto el abanico de la información más allá de los medios tradicionales.
Según las cifras de la consultora Cobertura Digital, en el Ecuador hay más de 400 000 cuentas en Twitter y más de cuatro millones de usuarios de Facebook.
Su titular, Christian Espinosa, explica que en el caso de Twitter esas cifras refleja un aumento de usuarios de casi cuatro veces en los últimos dos años. Mientras que Facebook crece en el país un millón de cuentas al año.
En este escenario, el Twitter se ha convertido en una ágora virtual donde las personas pueden expresar con libertad casi absoluta sus ideas y pensamientos.
En Ecuador, la opinión e información en esa red social giran alrededor de varios temas, que van desde los políticos, pasando por los de farándula y terminando por los deportivos.
Por ello, los tuiteros defienden de forma insistente su derecho a la libre expresión, que hoy se conmemora en el mundo.
Entre sus argumentos figura el hecho de que las redes sociales son por excelencia espacios para un libre flujo de información y opiniones. “El Twitter es un de los pocos espacios democráticos en Ecuador porque no hay una herramienta desde el poder para censurarlo ni de interrumpir la opción de las personas con cadenas. Todos tenemos igualdad de condiciones”, dice el tuitero Carlos Andrés Vera (@polificcion).
A su juicio, al Gobierno le inquieta la discusión que pasa por las redes porque en la práctica no puede controlarlas. “Lo que podría es sancionar la opinión”.
En noviembre, un ciudadano de Cuenca fue apresado para ser investigado porque supuestamente en uno de sus trinos amenazó de muerte al presidente de la República, Rafael Correa.
Para la ex constituyente y tuitera Martha Roldós, ese caso es una muestra de que al poder lo que le interesa es limitar la información que pueda afectar sus acciones.
¿El incremento de usuarios en redes sociales implica una ruptura entre ciudadanía y medios?
María Belén Albornoz, catedrática de la Flacso especializada en redes sociales, señala que se ha dado una suerte de entendimiento entre medios y ciudadanos, para cohabitar en el ciberespacio.
“Los propios medios han estabilizado esta función de los ciudadanos de informar y han generando espacios donde validan esa información y la recepta, casi todos los medios invitan a los ciudadanos a informar”, señala.
Una opinión similar tiene Hernán Reyes, profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar.
Si bien dice que las nuevas tecnologías de la información han ayudado a superar el viejo esquema unidireccional de los medios masivos, aclara que estos aún tienen influencia en los grandes temas nacionales. “Muchas veces las redes sociales siguen a la saga de los medios masivos”. Aunque también subraya que no siempre todos los trinos de alertas informativos son ciertos, en contraste a la información de Villegas.
Freedom House dio su informe
La organización internacional Freedom House emitió su reporte 2012 sobre la Independencia de la Prensa en el Mundo.
La entidad señaló que Ecuador es uno de los países en los cuales las libertades de expresión y de prensa han sufrido uno de los mayores retrocesos a escala mundial. Ecuador fue puesto en la lista de países con mayores retrocesos en materia de libertades.
Junto a Ecuador aparecen países como Macedonia, Malawi, Uganda y Ucrania. “Los deterioros fueron vistos en algunos países con ambientes que tienen parcial libertad de prensa”, señaló el informe, que fue presentado el martes pasado.
En el documento, se señaló que Ecuador es uno de los “mayores retrocesos de una serie de problemas encontrados en la región, durante la última década”.
Según el ‘ranking’ de países con libertad de prensa, Ecuador ha sufrido la más dramática caída. Descendió 17 puntos desde el 2008. Esta caída, que nos ubica como un país no libre, se debe, según Freedom House, a los “ataques persistentes del presidente Rafael Correa y a una ley controversial, que prohíbe a los medios cubrir las campañas políticas e informar sobre los candidatos y sus puntos de vista”
Asimismo, la organización recuerda el juicio que inició el presidente Correa en contra de diario El Universo, en el que se condenó a sus directivos y a su ex Editor de Opinión, a tres años de prisión y al pago de USD 40 millones. “Los medios independientes se autocensuran para evitar ser blancos de casos similares”.