César Carrión volvió a la Policía tras su calvario por el 30-S

Fotos: Patricio Terán     /  EL COMERCIO En la Comandancia de la Policía.  César Carrión y su esposa Jeaneth Orbe ingresan a la institución.

Fotos: Patricio Terán / EL COMERCIO En la Comandancia de la Policía. César Carrión y su esposa Jeaneth Orbe ingresan a la institución.

El coronel César Carrión aprendió a controlar sus emociones en los cursos de formación de la Policía. Por eso, pocas veces se delata cuando recibe aplausos o insultos o cuando siente presiones.

Ayer, puso en práctica ese aprendizaje para no perder el control cuando una pareja lo aplaudió efusivamente en las afueras de la Comandancia de Policía de Quito. Eran las 08:30 y el oficial se alistaba a ingresar a la entidad con un objetivo: reintegrarse a su trabajo tras 20 meses.

El 27 de octubre del 2010 había sido detenido por la Policía. La Fiscalía lo involucró en una presunta tentativa de asesinato contra el presidente Rafael Correa en la asonada policial del 30 de septiembre de ese año. Por eso, Carrión fue apresado, investigado, declarado inocente, liberado...

Esos días de ajetreos judiciales quedaron atrás. Antes de ingresar a la Comandancia, el coronel, que lucía su uniforme verde oliva, solo levantó su mano izquierda para retribuir a los aplausos. Lucía serio y mantenía apretada la mano de su esposa Jeaneth Orbe, quien lo acompañó.

Ella ha sido su soporte para afrontar los 20 meses de incertidumbre a raíz del 30-S y las constantes acusaciones del Gobierno. Ella, por ejemplo, preparó el uniforme del oficial, que tiene cuatro insignias en las solapas por sus cursos en países del exterior.

Ayer, Orbe también se mantuvo junto a su esposo durante el trayecto a la Comandancia. Lo acompañó cuando los periodistas intentaron sacarle una declaración y, también, en la reunión que mantuvo con la cúpula policial en la Comandancia.

En esta cita, entre las 08:40 y las 09:00, Carrión recibió la notificación oficial de su nuevo cargo: subdirector de la Unidad de Bienestar Social de la Policía.
El diálogo fue privado. El coronel intercambió pocas palabras con sus superiores, reveló Orbe. “Solo le dijeron cuáles serían sus nuevas funciones, pocas cosas”.

Tras la reunión, prefirió eludir a la prensa. Sus superiores le recomendaron que evitara dar declaraciones, que mantuviera un perfil bajo. Por ello, fue su abogado Vinicio Villa quien atendió a los reporteros que esperaban en los exteriores del sitio. “No ha habido ningún inconveniente (con Carrión), ha sido recibido con todo respeto y consideración”, dijo.

Mientras Villa hablaba, su defendido esperaba en el interior de la Comandancia. Cuando casi nadie lo esperaba, acudió a un parqueadero detrás de la institución para ir a su nueva oficina.

Mientras esperaba subir al vehículo, su semblante cambió radicalmente. Hizo bromas con su abogado, estrechó la mano de amigos y ex colaboradores...

Su esposa también estaba feliz. Dijo que, mientras su pareja estuvo sin trabajo (sí recibió sueldo) pocos colegas los acompañaron. “Pocos se nos acercaron. Creo que tenían temor a represalias”.

Orbe también reiteró que han sido objeto de amenazas, desde que estalló el caso. “En mayo del 2011 fue la primera llamada. Me dijeron que le iban a matar a mi esposo. Pero él ha sido muy fuerte. Su formación policial lo ha ayudado a eludir las presiones”.

Villa no mencionó nada de esto. Tras el diálogo en el parqueadero solo dio unos breves consejos a su cliente y se despidió. El oficial se marchó en su auto y, dos
horas más tarde, a las 11:40, se presentó en su nueva oficina: la Unidad de Bienestar Social de la Policía.

Allí el libreto se repitió: llegó con anticipación para evitar a los medios. Ingresó a la dependencia y saludó con sus nuevos compañeros de trabajo.

En el lugar no pudo dialogar con Gustavo Zárate, director de la Unidad de Bienestar Social, su nuevo jefe, quien asistía en ese momento a un seminario.

Pese a ello, recibió información sobre sus nuevos compañeros y pidió que no permitieran el ingreso a los periodistas, deslizó un teniente de la Unidad que prefirió evitar dar su nombre.

“Este coronel es un duro, se batió con un montón de policías en lo del 30 de septiembre. Entiéndanlo, no puede hablar”, mencionó el uniformado. En la tarde, en cambio, Carrión liberó tensiones. Tenía previsto llamar a su esposa, quien asistió con sus hijos a una terapia psicológica.

Los hijos de la pareja reciben terapia hace tres meses. Según Orbe, han sufrido por los 20 meses de incertidumbre de su padre.

Su  nuevo cargo

César Carrión asumió  como subdirector de la Unidad de Bienestar Social de la Policía. Así lo acordaron sus superiores.
 
Vinicio Villa,  abogado de Carrión, dijo que se analizará continuar la denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Esto por una supuesta afectación a los derechos de su cliente.
 
El discurso  del abogado se flexibilizó tras la oficialización del nuevo  cargo de Carrión.

La cronología

30/09/2010
Una sublevación policial se desató en el Regimiento Quito. Por la asonada, el presidente Rafael Correa  permaneció 10 horas en el  Hospital de la Policía.   

27/10/2010

Carrión fue detenido por agentes de la Policía. La Fiscalía lo involucró en  una presunta tentativa de asesinato en contra del jefe de Estado, Rafael Correa, en el 30-S.   

14/10/2011

Primera Sala de la Corte Nacional de Justicia ratificó  inocencia de   Carrión en la audiencia de casación. El juez declaró  abandonado el recurso de casación.  

01/06/2012

El Ministerio del Interior revoca  la expulsión de Carrión de la Policía. Había sido sancionado a finales del 2011.

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